Los Juegos Panamericanos de Lima 2019 se inaugurarán dentro de seis meses, un plazo en el que el comité organizador tendrá que superar cinco grandes desafíos para asegurar el éxito del mayor acontecimiento deportivo de toda América.
1.- TERMINAR LAS OBRAS
Hace dos años, Lima corrió el riesgo de quedarse sin los Juegos porque el avance de las obras era nulo, sin que ni siquiera hubieran sido convocados los concursos para licitar los proyectos. El panorama es muy distinto en la actualidad, con todas las sedes en la recta final de su construcción, pero sin demasiado margen para imprevistos.
Ya están prácticamente concluidos los siete edificios que forman la Villa Panamericana donde se hospedarán la mayoría de los participantes, así como las dos instalaciones que tienen los plazos más ajustados, como el centro acuático que incluye la piscina olímpica, y la cubierta del velódromo, ambas en la Villa Deportiva Nacional (Videna).
Aún así, aún resta trabajo por hacer en casi todas las instalaciones, mientras que los cambios prometidos en las infraestructuras de la ciudad de Lima, orientadas a mejorar el tránsito caótico de la capital peruana, brillan por su ausencia y es probable que nunca se realicen.
2.- GARANTIZAR LA PRESENCIA DE ESTRELLAS
Las plazas olímpicas que repartirán en 23 disciplinas deberían convertir a los Panamericanos de Lima en los mejores Juegos de la historia por la calidad de los participantes. Está garantizado el máximo nivel en polo acuático, balonmano, hockey, halterofilia, tiro y kárate, con medallistas mundiales del continente.
Sin embargo, esa excelencia no está asegurada en los dos grandes deportes, el atletismo y la natación. Los atletas tienen sus mundiales en Doha en septiembre y dependerá de cómo planifiquen su temporada para alcanzar en la cita universal su pico de forma.
Los nadadores tienen sus campeonatos del mundo del 12 al 28 de julio en Gwangju (Corea del Sur), seguidos de dos copas del mundo también en Asia, por lo que las grandes estrellas estadounidenses tendrán que hacer un esfuerzo para competir en Lima.
En otros deportes... ¿cabe pensar en un torneo de tenis con Serena Williams y Juan Martín del Potro o una prueba ciclista con Nairo Quintana en la línea de salida? Quedan seis meses para soñar.
3.- SALTARSE EL TRÁFICO CAÓTICO
El caótico tráfico de la capital peruana se vislumbra como la principal amenaza para unos Juegos cuyas sedes están ubicadas en la periferia, zonas poco accesibles en una ciudad que atravesarla puede tomar entre dos o tres horas en hora punta.
Para facilitar el transporte, Lima se comprometió a establecer una serie de carriles exclusivos con 15 rutas y 200 kilómetros por donde solo transitarán los vehículos de la organización, única forma de no convertir los desplazamientos de los deportistas en auténticas pruebas adicionales de resistencia y obstáculos.
Sin mejoras en la infraestructura vial, la vorágine habitual del tráfico limeño promete empeorar severamente y no está nada claro que, pese a los esfuerzos de la organización, esta no termine arrastrando consigo el desarrollo de los Juegos.
4.- ATRAER ESPECTADORES
Los Panamericanos coincidirán en sus primeros días con las fiestas por la independencia de Perú, en las que decenas de miles de personas salen de Lima para tener unas cortas vacaciones lejos de la capital, lo que aliviará el tráfico por esos días, pero también el número de potenciales espectadores para acudir a las competencias.
Todavía no han comenzado a venderse las entradas para intentar llenar un estadio de atletismo para 7,000 espectadores durante cinco días, un polideportivo para 5,000 personas durante nueve días, un velódromo para 2,300 personas durante cuatro días y un pabellón con 1,800 butacas durante toda una semana, entre otras sedes.
El voley femenino y el fútbol masculino son los deportes que atraerán sin duda un mayor número de espectadores.
El riesgo es que muchos otros deportes con poco arraigo en el país (rugby a 7, balonmano, baloncesto) se disputen en estadios vacíos, replicando las gradas vacías que marcaron los Juegos Olímpicos de Río 2016.
5.- EVITAR LOS ELEFANTES BLANCOS
Una de las mayores premisas de los organizadores de estos Juegos es que ninguna infraestructura se quede inutilizada una vez que concluyan las competencias deportivas. Por ejemplo, está previsto que los siete edificios de la Villa Panamericana se destinen a proyectos de vivienda social.
Las instalaciones mejoradas en la Videna deben redundar en las respectivas federaciones nacionales para facilitar los entrenamientos de sus deportistas, mientras que los polideportivos situados en los distritos periféricos de Villa María del Triunfo, Villa El Salvador y la vecina ciudad del Callao deberían ser para uso de sus vecinos.