(Foto: Difusión)
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Por Marcel Ramirez, profesor de la Escuela de Gestión Pública de la UP.

En 1992 se decidió desactivar el Instituto Nacional de Planificación (INP) como parte de la política de reducción del sector público y sus responsabilidades fueron transferida principalmente al . Seguramente otra razón habría sido el desacuerdo con una visión de planificación centralizada de la década de los 60s y 70s. En el año 2012, y como parte de un compromiso asumido por el acuerdo de libre comercio entre Perú y Estados Unidos se crea el centro Nacional de planeamiento estratégico seplan como órgano del sector presidencia del Consejo de ministros (PCM). En el 2012, se encargó al Ceplan actualizar el PEDN, siendo que el vigente (incluso hasta hoy) conocido como Perú al Bicentenario, estaba ya fuera de contexto y tenía debilidades técnicas. Aunque Ceplan desarrollo un proceso participativo y técnico de actualización, este documento fue dejado sin ser aprobado por el Primer Ministro en el 2014. En el 2017, se le vuelve a encargar al Ceplan actualizar el PEDN y en febrero 2019 el Acuerdo Nacional aprueba la “Visión de País al 2050”. En resumen, carecemos de un PEDN y así no tenemos una ruta estratégica con mirada de fituro y la crisis brinda la excusa perfecta para seguir demorando su elaboración.

¿Cuán necesario es un nuevo PEDN? Intentemos responder a las siguientes interrogantes: ¿Qué sectores o actividades serán en las que el Perú tendrá que destacar en los mercados internacionales? ¿Qué sectores económicos serán los que permitan lograr el desarrollo económico? ¿Sabemos cuál es nuestra estrategia o ruta al desarrollo? ¿Sabemos qué otras amenazas o debilidades a futuro deberíamos desde hoy evitar así como oportunidades aprovechar? ¿Cuándo alcanzaremos a otros países en desarrollo y calidad de vida?

Cuando pase la crisis, estaremos en la misma indefinición, sin una ruta hacia un mejor futuro; autoridades seguirán confundiendo el crecimiento con el desarrollo. Por ello es que solo medimos el crecimiento del PBI y hacemos análisis forense de lo que sucedió. Nos contentamos con los únicos motores de crecimiento que conocemos por décadas y no definimos ninguna estrategia para asegurar mayor bienestar a los peruanos que están naciendo en este momento. Nuestras autoridades, como las que les han antecedido, nunca han tenido al desarrollo como objetivo. Lamentablemente eso es cómo manejar con las luces apagadas en una carretera oscura, tratamos de avanzar lentamente de acuerdo a cómo la coyuntura se nos aparece; la forma más injusta de conducir el destino de un país Qué tal si lanzamos hacia adelante un dron y así advertimos de una buena vez cuáles son los escenarios que a futuro pueden darse, si debemos seguir haciendo las cosas como hasta ahora o si debemos tomar acciones proactivas y estratégicas para cambiar el rumbo tendencial. Ese dron que nos debe ayudar a anticipar el futuro es el análisis prospectivo y mientras más demoremos en realizarlo más fuerte será el choque contra las crisis que se nos avecinan.

Ya en el 2016 el advertía que era fundamental iniciar reformas pues se avecinaba un ciclo económico desacelerado; había que reparar el techo antes que lloviera. Cuando pase la niebla de la crisis nos tendremos que enfrentar nuevamente a esa encrucijada, ¿cuál es el rumbo que se ha decidido debe seguir el país para lograr el desarrollo para las próximas generaciones?. Es muy triste advertir que no lo sabemos y que estamos gestionando el futuro como una suma de cortos plazos.

Ejemplos de países vecinos que han roto la inercia del crecimiento tendencial son Colombia, Uruguay y Costa Rica. Todos ellos comprendieron que no se podía lograr el desarrollo sin un planeamiento estratégico prospectivo. Las elecciones están próximas las nuevas autoridades echarán la culpa a las anteriores yY ahora con más razón a la .

Mi apreciación particular es que el bajo perfil del Ceplan es demostración de la falta de convencimiento de la importancia del planeamiento para nuestras autoridades. Incluso podría pensar que es conveniente no verse limitado por un planeamiento a objetivos nacionales retadores que cumplir. “¿Para qué exigirnos como autoridades si así como vamos estamos bien? Podemos hacer creer que crecemos y cuando no le echaremos la culpa al contexto internacional”.

El Congreso debería exigir a la PCM que le presente un cronograma detallado del proceso de formulación y aprobación del PEDN. Sé que la crisis distraerá recursos y atención del trabajo necesario para un nuevo Plan, pero podría plantearse un horizonte de un año para tenerlo listo, considerando que requerirá un trabajo altamente participativo pues más que nadie la población debe “hacerlo suyo”.

¿Por qué la informalidad y la baja productividad nunca se resolvieron? ¿Por qué toleramos la desigualdad, el hacinamiento y las brechas de servicios como salud, agua y saneamiento? ¿Por qué cuando más lo necesitamos la gestión pública y la descentralización se vuelven un impedimento a la contención y recuperación? Porque nunca se identificaron las reales brechas que nos retrasan del desarrollo y ello solo lo podemos lograr con un verdadero Planeamiento. Autoridades deben comprometerse a regirse por objetivos nacionales y exigiría que ello debe fijarse en la Constitución. Así candidatos ofrecerán soluciones a dichos objetivos y como autoridades rendirán cuentas de cumplirlos con las debidas consecuencias. A la fecha no se está planificando en el sector público, solo se está extendiendo año tras año una programación meramente operativa y de corto plazo.