Sandro Denegri
Experto en Data & Analytics
Cuando sucedió la transición de la economía agrícola a la industrial, se hizo necesario que el perfil del trabajador cambiara, en las fábricas se necesitaba una mano de obra que supiera leer, es así que aconteció la primera gran ola de alfabetización en el mundo.
La transformación digital, en cuanto revolución, ha traído consigo la necesidad de una nueva ola de alfabetización, hay una gran masa de analfabetos digitales por formar a toda velocidad, en este proceso las empresas han sido las abanderadas, invirtiendo grandes cantidades de capital en la formación de sus empleados -según la OIT la inversión mundial en formación laboral viene creciendo de manera constante desde hace una década- pero también es cierto que los retornos de esta inversión son muy bajos o inexistentes.
¿Qué puede estar fallando? la respuesta está en que se intenta formar en la era digital con un mindset de la era industrial. Un ejemplo: citar por Zoom a todos los participantes de un curso a una hora exacta para que un formador les cuente lo que está escrito en un power point es digitalizar el aprendizaje, mas no transformarlo digitalmente, gran diferencia.
Un par de datos: según Statista un trabajador en promedio pasó 34 horas capacitándose durante 2019. Según Nielsen un usuario medio de Netflix pasa 45 horas al año decidiendo qué ver -solo decidiendo-. Visto esto, tal vez la solución esté en observar a la empresa reina del tiempo de ocio, Netflix.
Los responsables de formación de las empresas pueden preguntarse ¿Cómo hago para que un trabajador conecte con mis cursos como con Netflix? la respuesta: Personalización, Accesibilidad y Omnicanalidad (PAO).
La formación será omnicanal si puede atenderse desde la PC de la oficina, el celular, la tablet o el smart TV de casa. Será accesible si los contenidos pueden ser vistos mientras hacemos la sobremesa, en la playa o en un aeropuerto extranjero.
Pero la personalización es la característica clave para revolucionar la formación. No todas las personas aprenden de la misma manera, algunas prefieren sentarse todo un día a estudiar –como el bingewatching de los seriéfilos– mientras otras prefieren muchos intervalos breves. Y así como hay películas bélicas y documentales sobre la guerra de Vietnam podemos tener journeys de aprendizaje para aquellos que les gusta aprender basándose en casos y ejemplos y otros para los que prefieren un marco teórico amplio. Sin olvidar tener un potente sistema de recomendaciones que “enganche” al empleado.
Al leer la biografía de personajes como Bill Gates, Steve Jobs o Elon Musk encontré un patrón recurrente, sus creaciones las empezaron a desarrollar en el tiempo libre que les dejaba la universidad; tal vez hacer nuestros contenidos formativos tan apasionantes que puedan captar la atención del empleado en su tiempo libre sea la mejor forma de generar una verdadera transformación en la formación, hibridando la educación y el entretenimiento o sea el Edutainment.