Redacción Gestión

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El flamante Premier ha pasado del enfrentamiento al diálogo para obtener el voto de confianza del Congreso, y mantener un mínimo nivel de institucionalidad democrática. Lo ha hecho cuando el crecimiento se sitúa a su nivel más bajo desde que estalló la crisis en el mundo desarrollado, a fines de la década pasada.

Por ello, no es casualidad que cuando se le ha preguntado sobre las bases del consenso que busca con las fuerzas políticas de oposición, su respuesta ha sido contundente: tenemos que ocuparnos de la economía, esa es la prioridad.

Existe una base de principios económicos compartidos por los Gobiernos de los últimos 25 años y que tienen que ver con el capítulo económico de la Constitución de 1993. Estabilidad fiscal, prudencia monetaria, apertura de mercados y un Estado llamado a desempeñar un papel regulador.

El problema es que ahora ya no basta con respetar esos principios para reactivar la economía.

La novedad deberá venir de una definición clara de lo que tiene y puede hacer el Estado en el corto plazo (solo les queda poco más de un año) para que se destraben las inversiones y se reviertan las expectativas negativas. Esto a dos niveles esenciales: el de la solución de conflictos sociales para las inversiones extractivas y el de la aceleración de la inversión en infraestructura.

RetrocesoEn el caso del diálogo, se ha retrocedido. Tuve la oportunidad de trabajar en las Mesas de Diálogo de Candarave y Jorge Basadre, en Tacna, para sacar adelante el proyecto de ampliación de la Planta Concentradora de Toquepala, un proyecto tan importante como Tía María.

Lo que se hizo en ese momento, con el apoyo del equipo de Southern, de la PCM y de sectores como Energía y Minas y Agricultura, fue trabajar en dos frentes simultáneos: el frente político y comunicacional, buscando la convergencia de intereses entre comunidad, Estado y empresa; y el frente del desarrollo social, ejecutando de manera efectiva proyectos de desarrollo con el apoyo de la empresa y el gobierno central.

Esta forma de trabajar es la que se debe retomar para destrabar los proyectos paralizados por temas políticos. No buscar enfrentar a los que están a favor con los que están en contra. Buscar generar aliados entre quienes tienen como única preocupación mejorar su calidad de vida.

Aislar a quienes tienen objetivos políticos y buscan oponerse al proyecto sin otra razón que seguir los pasos de Gregorio Santos. Es decir, puro trabajo político. Lamentablemente, en el caso de Tía María se apostó por el diálogo tarde. Y ahí están las consecuencias.

Ahora solo queda esperar que el conflicto se enfríe y retomar el tema político de fojas cero.

InversionesEn el caso de la promoción directa de inversiones, lo que ha estado intentando el Ministro Segura desde antes de ser Ministro es loable, pero ha quedado claro que ha sido inefectivo.

Y es que como lo hemos afirmado en Gestión (versión impresa 24.10.14 / 27.12.13 / 18.10.13), para impulsar las inversiones y desarrollar la economía se debió complementar el modelo macro y las medidas de escritorio, con trabajo de campo, agresivo, gerencial.

Con liderazgo de economía política, como lo ha afirmado Julio Velarde esta semana. Esto no se aprende ni en la banca de inversión, ni en los estudios económicos, ni en las oficinas de alguna entidad pública. Esto se aprende en el terreno empresarial y político.

Se debe ser capaz de ir a las regiones, convocar al sector privado, generar proyectos en lugar de esperar pasivamente por los mismos para "observarlos" y, en algunos casos paralizarlos.

Necesitamos que los funcionarios que toman decisiones cambien de perfil en dos sentidos: primero, que tengan una visión de estadistas, que sean buenos comunicadores, que se dejen de augurar malas noticias; segundo que se ensucien los zapatos y estén más en el campo que en el Centro de Lima. Es decir, una vez más, puro trabajo político, con sustento técnico, obviamente.

Esperemos que el Premier Cateriano haga gala de la capacidad política y conocimiento básico de la economía que posee, para generar un cambio tomando en consideración que las trabas se eliminan así. Con política y en el terreno. Le deseamos suerte.