Catedrático de las Universidad del Pacífico y de la UPC
Mediante la R.S. 016-2021/SUNAT se ha prorrogado para los contribuyentes ubicados en aquellos departamentos clasificados con nivel de alerta extremo o nivel de alerta muy alto las obligaciones tributarias de enero de 2021, hasta el plazo de vencimiento de febrero (que será en marzo).
De igual manera, se prorrogan las fechas de atraso del RV y RC de enero (también a febrero que vence en marzo).
Debe anotarse que respecto de las personas que pueden acceder a estos beneficios, sus Ingresos Netos no pueden haber excedido 2300 UIT (S/ 9, 890,000) en el 2020, lo cual sería una discriminación, pues solo se favorece –una vez más- a un grupo de contribuyentes, cuando todos están sufriendo las consecuencias económicas de la pandemia.
A nuestro modo de ver, es una norma que sale a la luz después de casi una semana que se publicara el D.S. 008-2021 y los anuncios del Gobierno de posibles prórrogas, y esto va contra la certeza y predictibilidad normativas. La norma debió salir el mismo 27 de enero, junto al D.S. 008 mencionado.
Al parecer, la idea será legislar postergaciones de tributos a medida de que se prorroguen las cuarentenas, “pasito a paso” como dice la canción, lo cual no le hace bien al empresario que desea planificar bien su flujo de caja de manera anual.
Además, lo que se hace (hasta la norma en comentario) es juntar la obligación de enero con las de febrero, y a vísperas del pago de Renta 2020. Algo que no tendría sentido para el bolsillo del empresario formal.
Otro aspecto que no se ha legislado es sobre la suspensión de los plazos administrativos, a pesar de que estamos con restricciones de movilización, algo que hubiera sido más sensato. Es decir, los plazos tributarios hay que seguir contándolos como “hábiles” en este tiempo de cuarentena y tener mucho cuidado con los envíos virtuales a SUNAT de, por ejemplo, una reclamación o apelación.
Por otra parte, sería recomendable que respecto de la Declaración Jurada del IR 2020 se analizara también su prórroga, tanto más si la actividad contable está enviada hoy al confinamiento y no está permitida en esta cuarentena, según “Lista” del D.S. 011-2021-PCM (la cual no recoge la actividad contable), lo cual ha resultado un enorme despropósito discriminatorio que atrasa el desarrollo contable-fiscal, y debería rectificarse de inmediato.
Esperemos que la prórroga de las obligaciones de febrero (que vencen en marzo) tenga lugar por los efectos de la cuarentena, por el bien de las empresas y flujo de caja.
Pero como “no hay primera sin segunda”, ello debería de suceder. El Gobierno tiene la palabra.