Gobernador de Huánuco: “Necesitamos oxígeno. Nos sentimos abandonados por el Gobierno central”. (Foto: Cesar Von BANCELS / AFP).
Gobernador de Huánuco: “Necesitamos oxígeno. Nos sentimos abandonados por el Gobierno central”. (Foto: Cesar Von BANCELS / AFP).

Manuel Romero Caro

Durante la primera etapa del coronavirus, la ahora ministra de Salud Pilar Mazzetti se quejaba de la lentitud con que se respondía a un virus que avanzaba más velozmente. Ahora que estamos en la segunda etapa, existe consenso en que las nuevas variantes son al menos 50% más rápidas que la primera. “Durante la primera ola nos tomó dos meses pasar de 950 pacientes internados en UCI, en junio pasado, al pico de 1,553, en agosto. Esta vez se han batido todos los récords: de 957 pacientes en UCI en la primera semana de diciembre, el país pasó a tener 1,534 enfermos conectados a un ventilador mecánico durante los primeros días de enero” (I).

Desgraciadamente, nos encontramos con un gobierno que es aún más lento que el anterior, que no es proactivo y solo reacciona tarde frente a los problemas. Por ejemplo, antes de Navidad, el decano del Colegio Médico se reunió con Sagasti y Mazzetti y este les propuso emitir un decreto de urgencia para superar problemas legales y que el personal médico pudiera trabajar en hospitales del Minsa y Essalud. Asimismo, les planteó comprar cánulas de alto flujo que evitan que un paciente termine en una cama UCI, pero ninguna recomendación ha sido atendida. El gobernador de Huánuco, cansado que no le hicieran caso, declaró “necesitamos oxígeno. Nos sentimos abandonados por el Gobierno central”. Otros piden cuarentena para sus regiones, pero el Gobierno no decide.

Por su parte, el decano del Colegio Médico de Loreto alertó de que “el flujo de gente que cruza la frontera con Brasil es permanente… Manaos vive desde hace 8 semanas una segunda ola muy intensa que ha rebasado su capacidad hospitalaria y su capacidad de abastecimiento de oxígeno. Y en todo este tiempo no ha habido un oportuno cierre de la frontera con Brasil” (I). Inclusive la noticia de la crisis ha sido internacional y los medios han informado sobre el importante aumento de los contagios en Loreto, que por la rapidez y características clínicas sería muy similar a la variante de Manaos.

Otro ejemplo, que viene siendo reclamado desde hace tiempo, es la aprobación de un protocolo para la campaña electoral, el cual hasta el momento no se consigue. Inclusive ya se contagiaron de covid el candidato presidencial Julio Guzman, su candidata a la vicepresidencia, Flor Pablo, y el número 1 de la lista congresal por Lima de Forsyth... Lamentablemente, los cuatro ejemplos anteriores –y hay muchos más– evidencian que el Gobierno no actúa, ni remotamente, con la preocupante velocidad con que se expande el virus en esta segunda ola. Se ha limitado a repetir las medidas adoptadas por el Gobierno de Vizcarra frente a un virus más agresivo, con mayor mortalidad y sobre todo con una velocidad de contagio mucho mayor 401 vs. 620.

¿Qué es lo que sucede?, ¿por qué el Gobierno no reacciona?; ¿a la ministra Mazzetti le falta fuerza en el Gabinete para lograr que aprueben sus recomendaciones?, ¿el miedo a tomar decisiones nuevas los tiene paralizados?; ¿hay resistencias ideológicas, como en el periodo de los izquierdistas Zeballos y Zamora, que no solo dificultaban la ayuda privada, sino que impedían sus donaciones?

El sector privado mexicano ha ofrecido ayudar a su Gobierno para vacunar a 11 millones de mexicanos al mes en estadios, centros comerciales, etcétera. Y aun el izquierdista Andrés López Obrador ha aceptado la colaboración privada. Mientras aquí el Gobierno negaba la posibilidad de que el sector privado participara. Sin embargo, en los últimos días parece haber cambiado de opinión. Es así como el Ministerio de Salud, mediante el reglamento de la Ley N°31091, ha aprobado que entidades privadas a nivel nacional puedan comercializar las vacunas contra el coronavirus. El artículo 6 del reglamento establece que el registro sanitario condicional faculta su fabricación, importación, almacenamiento, distribución, comercialización, dispensación, expendio o uso. Podrán hacerlo aquellos que cuenten con la autorización sanitaria como laboratorio de productos farmacéuticos o droguería.

(I) Hildebrandt en sus Trece, 22.01.2021.