Midori de Habich
Economista
En diversos medios se ha reportado recientemente que el profesor Pedro Castillo ha ofrecido en el Colegio Médico del Perú incrementar en 10% el presupuesto del sector Salud. No queda claro si esto es una reiteración del ofrecimiento de elevar el presupuesto de salud a 10% del PBI (a todas luces inviable como se ha comentado ampliamente) o si se refiere a incrementar el presupuesto en salud en 10% cada año.
Asumiendo que se trata de lo último, vale la pena ver la evolución reciente del presupuesto público en salud. En el año 2020 se reportó un incremento de 30%, atribuible enteramente a gasto adicional destinado a enfrentar el covid-19. En el presupuesto 2021 la figura se presenta diferente: el gasto en salud total aumentaría en 12% respecto del año anterior, impulsado principalmente por el gasto en salud no covid-19, con un sustancial incremento de 21%.
Las cifras del 2021 que corresponden al PIM (Presupuesto Institucional Modificado) reflejarían la voluntad del Gobierno actual de incrementar en forma importante los recursos al sector en el presente año. Sin embargo, la realización de esta intención requiere capacidad de absorción de esos recursos en los niveles nacionales y descentralizados del sector salud. Si se mira la capacidad de ejecución en los últimos años, se observa que se ejecutó en promedio tan solo el 88% del presupuesto asignado a salud; de mantenerse esto, el incremento en 2021 del gasto en salud sería bastante menor al deseado.
Regresemos a la pregunta sobre la viabilidad de un incremento de 10% de financiamiento anual adicional en forma sostenida en los 5 años del próximo periodo presidencial. Ello nos llevaría a un incremento del gasto en salud de 60% en términos nominales (S/ 43.5 mil millones) en el año 2026. Si se considera un crecimiento del presupuesto público total de 4% como promedio anual (1) para el periodo 2022-2026, ello significaría que el gasto en salud alcanzaría a representar aproximadamente el 20% del presupuesto total al final del periodo. Cabe señalar que, según las cifras de países latinoamericanos reportadas por la OMS, se observa que en Colombia, Uruguay y Costa Rica la proporción de gasto público en salud representa 20% o más respecto del presupuesto público total.
Con este somero análisis se muestra que el aumento del presupuesto público en salud a un ritmo de 10% anual, si bien puede ser factible, significa llevar a cabo un gran esfuerzo en dos sentidos: mantener la voluntad política de las más altas autoridades del gobierno de asignar más recursos al sector en forma sostenida; y elevar la capacidad institucional de transformar esos recursos en más y mejores intervenciones de salud pública y servicios de salud.
Si bien ha habido expresiones reiteradas sobre lo primero, aún falta saber cuáles serían las medidas concretas para mejorar sustancialmente la calidad y oportunidad del gasto público en salud, cuidando en el corto plazo que no haya retrocesos en la fase de transferencia gubernamental, lo que suele ser frecuente en los primeros 6 a 12 meses de nuevas administraciones gubernamentales tanto en el nivel nacional como en los gobiernos regionales.
(1) Tomado del Marco Macroeconómico Multianual 2021-2024, MEF.