Escrito por Manuel Romero Caro, economista

A casi 200 años de vida republicana mantenemos deudas con nuestra historia y con nuestro presente. Deficiencias estructurales, crecientes brechas de diversa naturaleza y carencias que se están evidenciado claramente con la pandemia que estamos atravesando. Pero Gestión nos invita a imaginarnos el Perú que quisiéramos en 30 años.

Quisiera un Perú que tuviera un capital humano con una educación no solo en términos de conocimientos sino en términos de formación cívica. Es que el capital humano calificado es la base para todo, como por ejemplo para lograr la igualdad de oportunidades. Y con ese capital humano debidamente calificado se pueden lograr las reformas que sean necesarias para aumentar la competitividad y el techo potencial de crecimiento del PBI, base de nuestro desarrollo.

Quisiera un Perú que mantenga un crecimiento sostenible y sostenido. Obviamente eso implica predictibilidad, respeto por las reglas del juego, competitividad, eliminación de la pobreza, etc.

Quisiera un Perú con una sólida institucionalidad, que es inexistente salvo islas en algunos aspectos. Pero si logramos tener un capital humano calificado, todo se simplifica. Por ejemplo con jueces adecuadamente calificados, la reforma del Poder Judicial se simplifica enormemente. Si tenemos un gobierno digital y una burocracia eficiente podemos hacer que el gobierno funcione eficientemente, etc.

Quisiera un Perú en el que exista una sólida democracia, verdaderos partidos políticos y pesos y contrapesos que logren un país más inclusivo, en el que se respeten los derechos humanos y con un horizonte previsible.

Quisiera un Perú con un nuevo proceso de Descentralización con un reducido número de macro regiones, en el que retornen algunas funciones para las cuales no están preparadas (como salud y educación, por ejemplo) .

Quisiera un Perú en el que existan servicios públicos básicos eficientes, y que tengamos la infraestructura y el personal como para responder eficientemente ante cualquier “acto de Dios” (terremotos, inundaciones, pandemias, etc.). Y un sistema económico con una situación fiscal y fondos de contingencias que les permitan financiar los gastos que sean necesarios para superar los eventos imprevistos.

Quisiera una Patria en la que no exista el populismo, ni discriminación de ningún tipo, en que todos tengamos las mismas oportunidades para superar los retos de la vida. Un Perú con futuro, en el que nuestros nietos y sus descendientes puedan desarrollarse sin necesidad de emigrar al extranjero.