Por Percy Vigil Vidal
Profesor del PAD - Universidad de Piura
En las noticias de las últimas semanas aparecieron conceptos que sonaban lejanos, nada tenían que ver con el momento que vivíamos hace unos meses: escasez, especulación, acaparamiento, mercado negro, control de precios... y comprobamos una vez más, que se vuelven realidad en determinados entornos.
Estamos viviendo un momento diferente a cualquiera que hayamos pasado antes en el país. Tuvimos inflación desbordada en la década de los ochenta, tipo de cambio al alza diariamente, terrorismo, escasez de bienes de primera necesidad, falta de energía, escasez de agua, incertidumbre extrema (porque no sabías qué vendría o si habría mañana), paquetazos, toque de queda.
Por todo eso pasamos, con una gran diferencia al momento actual: hoy no hay daños materiales, más bien un aparato productivo intacto. Tenemos un país diferente en lo económico, en el que podemos planificar el futuro.
A pesar de la escasez de materias primas de aquella época, de las huelgas, de la precariedad en infraestructura, aprendimos a lograr productos y distribuirlos, a fijar precios cuando la inflación mensual era de 2 dígitos; vivíamos sin créditos y tomamos conciencia de que vivir en crisis era nuestra realidad. El final de la época difícil sí lo conocemos.
Después de muchos años duros salimos adelante, con inversión, empleo y abundancia de productos. Las marcas llegaron. ¿Qué lecciones dejó el pasado? Muchas, por ejemplo, descubrimos cómo desarrollar estrategias en entornos inestables y asumimos que el riesgo estaba presente en cada acción y lugar, tratamos de predecir lo impredecible con poca información, nunca nos quedamos de brazos cruzados.
Aunque hemos pasado por contextos complejos, este es diferente y no por ello menos complejo. Nos toca afrontarlo y asumirlo, es un escenario nuevo y quisiera compartir algunas reflexiones. La marca no es todo, sin distribución no hay nada.
Sin distribución no se participa en el juego, dejas de ser una opción. Hoy probablemente le demos más valor y mañana al diseñar estrategias recordaremos su relevancia. El mundo online ayuda muchísimo pero no es suficiente.
Necesitemos socializar y la omnicanalidad es la ruta. Necesitamos de las experiencias: ver, tocar, ir y estar. Son parte de la vida, o pocos irían a Louvre a ver a la Mona Lisa (la conocemos pero queremos verla en persona).
Tendremos la oportunidad de vivir este reencuentro con el mercado, ¿cómo será?, nos toca escribir esta nueva etapa nunca vivida intuyendo lo que buscará el consumidor, y teniendo claras las lecciones de esta experiencia. Nos toca ganar confianza, paso a paso la normalidad llegará. Habrá categorías más golpeadas que otras, quizá a unas les tome menos tiempo recuperarse.
Tendremos nuevas variables a considerar, evaluemos si toca replantear nuestra propuesta de valor. No aleje a su marca del consumidor, el silencio o falta de comunicación es distancia; algo tendrá que decirle, déjese escuchar porque otros pueden hacerlo por usted.
La promoción, planes de fidelización y la publicidad pueden ser muy buenas herramientas para recuperar mercado, ganar mercado o mantenerse vigente para el consumidor; habrá quienes piensen en rentabilidad, otros en volumen y ventas, ambos las necesitarán.
No estamos haciendo un caso ni participando en un simulacro, esta es una situación real. Tenemos la oportunidad de ser los protagonistas de un cambio, de escribir un nuevo capítulo en el desarrollo de estrategias en entorno de crisis, sabiendo que es temporal. A trabajar, el mercado nos estará esperando.