(Foto: GEC)
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Por Tania Quispe

Exjefa de la Sunat

Entre las facultades en materia tributaria que el congreso aprobó recientemente, una medida que tiene efecto directo e inmediato sobre la liquidez de las empresas es la relacionada al pago a cuenta del Impuesto a la Renta. Las proyecciones hechas para este año muestran que tendremos una recesión que podría estar en torno al -2% o -10% dependiendo de cuánto dure la paralización de la economía y la magnitud del apoyo fiscal para contenerla. Es por ello, que la probabilidad de que un gran número de empresas genere pérdidas o disminución de utilidades es muy alta.

Hoy, el pago a cuenta es determinado como un porcentaje de los ingresos, en base al mayor coeficiente que se calcule en función de los ingresos del año anterior o el 1.5% que la norma establece. Es decir, las empresas con buenos resultados tienen un coeficiente superior al 1.5% y aplicarán ese. Las empresas con resultados bajos aplicarán el 1.5% de los ingresos. Esta situación puede ser entendida en una economía en crecimiento, pero NO en las condiciones actuales que enfrentamos. Aplicar este coeficiente, o uno similar, podría significar el adelanto de impuestos que nunca se llegarán a generar dado que las empresas tendrán utilidades menores o pérdidas para el 2020. El manejar un coeficiente similar al actual sería obligar a las empresas a financiar al estado a través de adelanto de impuesto que podrían recuperar recién el año siguiente.

Por tanto, es importante que en las Facultades se tenga cuidado en la forma como se determinará el pago a cuenta. Dada la situación actual, lo óptimo es la suspensión del pago a cuenta por un mínimo de 3 meses, mientras se tiene mayor claridad de lo que pasará en la economía y las empresas estén en condiciones de proyectar mejor sus resultados esperados de este año. El pago a cuenta debería determinarse con la proyección que se haga de resultados, y no como es ahora, donde también se consideran los resultados generados en años previos. Esta variable será fundamental para darle mayor liquidez a las empresas. Dado que atenta contra la liquidez y solvencia de las empresas adelantar impuestos que no se realizarán.

Se entiende que el Estado necesita garantizar el pago de impuestos, sin embargo, las empresas deben seguir operando y generar rentabilidad para hacer posible el pago, por ello esperamos que el mecanismo que se implemente contemple la modificación del coeficiente en base a estados financieros proyectados y la suspensión temporal mientras la economía no se reestablezca mínimamente y garantice continuidad de la cadena de pagos de las empresas.

Entendemos que el fisco necesita también garantizar que las empresas cumplan. Complementaría este cambio, exigiendo que las empresas actualicen sus proyecciones cada cierto período, cuando el margen de error supere un porcentaje determinado. Este sería un mecanismo que fomente el cumplimiento y al mismo tiempo permita a las empresas pagar impuestos en base a la realidad que experimentan en este año de crisis.