Por Beatrice Avolio
Jefe Departamento de Posgrado en Negocios CENTRUM PUCP
Una pandemia de alcance mundial, y el confinamiento producto de ella, han hecho aún más evidentes las injusticias estructurales que afectan desde larga data a nuestro país, y, en particular, a las mujeres. En el corto tiempo, tal coyuntura ha demandado respuestas urgentes en materia sanitaria, social, económica, tecnológica, organizativa, entre otros, las que pese a todo el esfuerzo desplegado no han podido compensar nuestras históricas carencias sistémicas. Y si a ello añadimos los patrones de violencia física, sexual, doméstica y psicológica, podremos tener una mayor visión de la problemática a la que se enfrentan las mujeres peruanas.
Tras mostrar la situación de la mujer en el Perú, desde un enfoque de ciclo de vida, a lo largo de la última década, se propone un trabajo en conjunto con las diferentes instituciones estatales y privadas, organizaciones comunales, colectivas de mujeres, sociedad civil, etc. en un cambio socio-cultural, con la erradicación de roles de género que refuerzan estereotipos que van en contra de la dignidad y la libertad de las mujeres en los diferentes campos de la vida personal, social, económica o laboral. Asimismo brindar una mayor educación en ámbito de educación reproductiva, como la erradicación de la violencia con planes, leyes y políticas públicas.
Otro punto a atender es la autonomía de las mujeres que pasa por su autonomía económica, para ello se requiere asegurar la educación de todas las mujeres, generar programas de educación financiera en las escuelas, emitir políticas de emprendimiento de micro y pequeñas empresas a cargo de mujeres, establecer programas que distribuyan a la carga de trabajo no remunerado entre varones y mujeres, crear programas regionales y locales de autonomía económica para las mujeres rurales, generar mecanismos para superar la extrema pobreza y pobreza de las mujeres, fomentar los planes de igualdad de género en los centros laborales, generar mecanismos para erradicar la segregación del mercado de trabajo, emitir políticas para reducir las brechas salariales, fomentar la igualdad de oportunidades laborales entre hombres y mujeres, dar a las políticas de salud laboral un enfoque de género, apoyar a las mujeres en situación de vulnerabilidad múltiple, y a la autonomía de su tiempo.
La mujer ya no es vista como pasiva ante los aconteceres nacionales. Ha adquirido roles cada vez más visibles y sus necesidades particulares se han traducido en políticas por la igualdad y la justicia. La equidad de género es un mandato moral pero requiere de estudios escrupulosos que permitan conocer las distintas situaciones que experimentan las mujeres como su papel en el hogar, la crianza, la educación, el desarrollo científico y tecnológico. Por ello este el estudio La re evolución de las mujeres en el Perú ¿Somos las mismas en 10 años? pone en agenda pública el papel de la mujer y las metas que deben alcanzarse para una sociedad más justa.