(Foto: Andina)
(Foto: Andina)

Por Alejandro Garcia Vargas

Gerente de Competencia y Propiedad Intelectual en Estudio Rodriguez Larrain

El Gobierno mediante DS 083-2020-PCM ha prorrogado el Estado de Emergencia Nacional hasta el 24 de mayo 2020, dispositivo ha realizado algunas saludables flexibilizaciones como autorizar que los niños y adolescentes menores de 14 años de edad puedan desplazarse con sus padres, tutores fuera de sus domicilios en una distancia no mayor de 500 metros y gozar de un paseo diario de 30 minutos. Pero lamentablemente existen otras medidas absurdas que permanecen conforme lo comentaremos más adelante.

Imaginamos que especialistas en pediatría y de salud mental han recomendado al Ejecutivo que la exigente cuarentena con toque de queda, afecta a los niños, quienes durante todo este largo periodo estaban confinados en su hogar con los consecuentes daños a su salud. Saludamos pues que se haya dado esta flexibilización que sin lugar a dudas beneficiará a los menores de 14 años.

Pero qué pasa con los adolescentes mayores de 14 años, que pasa con los jóvenes, con los adultos y las personas de la tercera edad, acaso ellos tienen que estar compelidos en el , sin poder dar un paseo por las inmediaciones de su hogar, salvo que acompañen a los menores. Hemos vistos en la televisión cómo se detenían a una pareja de jóvenes que paseaban por el malecón de un distrito limeño gozando de vista del mar. Un absurdo

Después nos quejamos que compatriotas están aglomerados conversando en las afueras de sus viviendas, pues no se les permite ni paseos ni realizar ejercicios alrededor de sus viviendas, respetando claro está el distanciamiento social y estar premunidos de las escasas mascarillas que son de uso obligatorio.

Sin embargo, las inconsistencias de las restricciones no quedan ahí. Con una severidad absurda e ilegal, no se permite a los ciudadanos circular con sus vehículos particulares para adquirir sus productos de primera necesidad sean medicinas, artículos de aseo, alimentos.

Entonces los ciudadanos tienen que realizar largas colas en los supermercados para agenciarse de los alimentos y demás productos, quienes solo podrán adquirir para un día o dos, pues al estar impedidos del uso de sus vehículos no pueden trasladarse con mayores cargas a sus hogares ni abastecerse para varios días.

Entonces con esta disposición restrictiva y carente de sentido común genera precisamente lo que “la ratio legis” busca evitar, es decir aglomeraciones, innecesarios viajes de los ciudadanos a las tiendas durante la semana para abastecerse de los productos necesarios para ellos y su familia.

Este dispositivo mal elaborado “vía fe de erratas “eliminó la absurda obligación que imponía a los ciudadanos presentarse al banco a los mercados con guantes descartables.

Esperemos que por “vía fe de erratas “se elimine la absurda prohibición del uso particular de los vehículos, pues uso es necesario por lo antes señalado, sin perjuicio de dinamizar el mercado de combustibles accesorios y grifos.