Por Manuel Romero Caro

La exportación de electricidad a Chile enfrenta varios inconvenientes:

1) No alcanzaría el nivel de reservas ni el de procesamiento de para cumplir a largo plazo con la demanda del mercado interno, con los compromisos ya pactados con México y con las eventuales exportaciones a Chile. Naturalmente, esto es válido con la situación actualmente existente. Adicionalmente, la exploración de gas no ha sido exitosa en los últimos años.

De otro lado, hay que tener en cuenta que la capacidad de procesamiento de la planta de Las Malvinas (básicamente separa los líquidos del gas natural) es de poco más 1,600 mmpcd (millones de pies cúbicos día) y prácticamente ya ha llegado a su máximo potencial.

El mercado centro-norte (Lima) absorbe 920 mmpcd y la exportación 620 mmpcd; por lo que inclusive el abastecimiento al sur del Perú podría enfrentar dificultades eventualmente. Y casi toda la capacidad de procesamiento está contratada. Se paga pero no se usa en su totalidad por falta de demanda. Y una nueva expansión de Las Malvinas en el contexto actual estaría muy lejana. Por lo que ¿de dónde sacaríamos el gas para generar la electricidad que exportaríamos a Chile?

2) Tarifa interrumpible versus contratos a largo plazo. Luego de la negativa experiencia que experimentara Chile con los contratos de exportación de gas argentino (se cortaron los envíos en el 2006 por la crisis macro de Argentina) se tomarán todas las precauciones en los eventuales contratos de exportación de electricidad. Por lo que lo primero que van a exigir son contratos a largo plazo entre los suministradores de energía peruanos y los clientes chilenos.

En este sentido, ya advirtió que los chilenos quieren "seguridad del suministro". Y el Perú no les puede asegurar eso, porque si bien en este momento existe un exceso de oferta energética, con el crecimiento del PBI previsto por el Gobierno y la elasticidad de la demanda eléctrica en relación al PBI (crece bastante por encima del PBI) no podemos comprometernos a exportar electricidad a largo plazo porque podríamos dejar desbastecido el mercado doméstico.

Inclusive a nivel Grupo Andino se privilegia el mercado interno. Es por ello que la Decisión 757 suspendió el Marco General para la Interconexión Subregional de Sistemas Eléctricos e Intercambio Intercomunitario. Y el DS N° 011-2012-EM en su artículo 3 (inciso 3.6) establece que los intercambios de electricidad tendrán carácter interrumpible.

3) Exportaríamos electricidad subsidiada a Chile. ha manifestado que "no se va a exportar una molécula de gas" a Chile. Claro; lo que se exportaría sería ese gas convertido en electricidad. Y exportaríamos un doble subsidio, ya que por un lado se transferiría el gas del lote 88 (que tiene un precio promocional y solo 1 TCF asignado al GSP) y por el otro los muy considerables subsidios destinados al ducto al sur. Por lo que la electricidad subsidiada doblemente que le exportaríamos a las empresas chilenas les otorgaría mayor competitividad para que puedan competir en mejores condiciones que las empresas peruanas!!

Es por ello inexplicable que el Gobierno se niegue a renegociar el contrato del , sobre todo ahora que tiene la oportunidad porque el consorcio del GSP está solicitando modificar el contrato original, aprobando una adenda que mejore la posición de cobranza de los bancos prestamistas ante una eventual "Terminación del Contrato de Concesión"; flexibilice la definición de "Acreedores Permitidos" para incluir instituciones que no estaban facultadas a intervenir, entre otras modificaciones.

Si los acreedores y el Consorcio GSP solicitan modificaciones para defender sus intereses; no se entiende por qué el Gobierno no plantea modificaciones que disminuyan la abusiva carga que tendremos que soportar TODOS los que tenemos recibos de luz. Y eso significa renegociar el abultado costo del servicio.

4) Razones estratégicas: en primer lugar, hay que considerar que será muy difícil evitar las protestas y movilizaciones de la población, una vez que esta se dé cuenta lo que implicaría la exportación a Chile Es que hay que recordar que se luchó largos años para lograr que el gas del lote 88 se reoriente de la exportación a abastecer el mercado doméstico, para que ahora se pretenda que nuevamente se dirija a la exportación.

Lo que sí resulta positivo es incentivar más demanda para el , como lo está haciendo en China al promover un clúster de refinerías en la zona del GSP. Hay otras consideraciones estratégicas pero por razones de espacio no las incluiremos.