Rodrigo Baena Soares
En los últimos cuarenta años, Brasil ha salido de la condición de importador neto de alimentos para convertirse en uno de los principales “players” globales en el sector agropecuario.
Este positivo resultado no sería posible sin el aumento de la productividad agrícola por medio del uso intensivo de tecnología y técnicas avanzadas de manejo de la tierra. La innovación es parte integral del desarrollo agropecuario brasileño. Como resultado de este esfuerzo, la producción nacional aumentó 700% desde el final de los años 1970, mientras que la expansión del área de producción se limitó a 30%.
Brasil también concilió la producción agrícola con la preservación ambiental. Más del 60% del territorio brasileño está cubierto por vegetación nativa, con actividades agropecuarias limitadas a cerca del 30% del territorio, siendo el 8% para la actividad agrícola y aproximadamente el 22% para la ganadería.
Datos del Ministerio de Agricultura de Brasil predicen que en los próximos diez años la superficie total sembrada en el país aumentará de 75 millones para 85 millones de hectáreas. La expansión tendrá lugar mayoritariamente sobre pastos naturales y áreas degradadas, asegurándose el uso racional de la tierra sin perjudicar el medio ambiente. Sin embargo, los retos permanecen para garantizar la seguridad alimentaria global.
Se estima que en el año 2050 la población mundial será de unos 9.8 mil millones de personas, la gran mayoría viviendo en ciudades. Para alimentar esta población será necesario aumentar en 70% la producción agrícola, lo que solo será posible con la continuidad de los esfuerzos innovadores.
La feria Expoalimentaria 2019, que empieza hoy en Lima, es la oportunidad ideal para acercar los diferentes actores de la cadena de valor agropecuaria. Brasil estará presente a través del Ministerio de Agricultura, Ganadería y Abastecimiento, además de proyectos sectoriales apoyados por la Agencia Brasileña de Promoción e Inversiones, con el propósito de establecer nuevos negocios y desarrollar aún más los intercambios con los productores peruanos.
Las relaciones comerciales entre Perú y Brasil en el sector agropecuario son fructíferas, generando un flujo de comercio de más de 270 millones de dólares en el 2018. Estoy seguro de que nuestra colaboración comercial seguirá desarrollándose en los próximos años, para el beneficio mutuo de nuestros productores y consumidores.