Redacción Gestión

redaccion@gestion.pe

(Bloomberg).- Para los venezolanos, que están hartos de la vida bajo el socialismo del siglo XXI, hacer el check-in en el Aeropuerto Internacional Maiquetia de Caracas es un soplo de aire fresco. Es precisamente lo que los guardianes de la República Bolivariana tenían en mente cuando idearon el último impuesto a las billeteras de los compañeros que viajan.

El 1 de julio, el gobierno del presidente empezó a cobrar un nuevo impuesto a los pasajeros de aerolíneas en el mayor aeropuerto del país. Lo que se grava –con unos US$20- es el hecho de respirar el aire de la terminal de partidas de Maiquetia, donde, por lo que parece, se ha mejorado el sistema de ventilación con ozono.

El ministro de Transporte Aéreo y Marítimo de , general Hebert García Plaza, anunció la innovación, que proclamó la primera en América Latina, y aseguró que el aire enriquecido con ozono mantendrá a los viajeros a salvo del aire impuro y de gérmenes aéreos.

En cuanto al resto de los 29 millones de habitantes del país, se limita a apretarse la nariz, entre otras cosas porque, como bien saben los venezolanos, los impuestos tienen vida propia. "Ya han aumentado el impuesto a la respiración en Maiquetia", tuiteó un pasajero luego de que el gobierno prácticamente duplicara el gravamen en menos de dos semanas. "¿Se sienten algo más asfixiados?" Otro se preguntó cuál sería el paso siguiente: "Esto es un globo de ensayo. (Pronto) nos van a cobrar impuestos por cruzar la calle".

Los venezolanos ya están acostumbrados. En momentos en que el férreo control gubernamental de la economía ha hecho desaparecer el papel higiénico y ha convertido al petróleo en tinta roja, purificar el aire podría parecer una mejora. Pero el gusto oficial por lo exótico no deja de asombrar al país.

SurrealismoEl surrealismo caracterizó la obra de . Para diferenciar su experimento de socialismo tropical del capitalismo de jardín y sus pequeños jardineros yanquis, hizo rediseñar la bandera venezolana para que el caballo del escudo galopara a la izquierda en lugar de a la derecha. Cambió la hora, para lo cual retrasó 30 minutos los relojes a los efectos de desairar a los guardianes "imperialistas" del tiempo y de dar a los trabajadores y a los escolares un rato adicional de sueño. Dispuso que sus ministros juraran levantando la mano izquierda. Su sitio web hasta hablaba de "copyleft" en lugar de "copyright".

Siempre payasesco, Chávez, que murió de cáncer el año pasado, deslumbró a los venezolanos con sus excentricidades y bromas. Maduro, que carece del ingenio y la habilidad verbal del comandante, debe conformarse con pantallas de humo y espejos. Aseguró que vio al extinto líder bajo la forma de un pajarito y, en otra ocasión, en la pared del túnel de una estación de metro de Caracas.

Cuando no invoca a Chávez en la tumba, Maduro se dedica a cambiar el calendario. El año pasado creó el Ministerio de Felicidad Social y honró al extinto líder con un nuevo feriado, el Día de la Lealtad y el Amor por el Supremo Comandante Hugo Chávez y la Patria. A los efectos de alegrar a los esforzados trabajadores venezolanos y adelantar las bonificaciones de vacaciones, decretó una Navidad anticipada.

El estilo podría estar expandiéndose. El presidente boliviano, , dictaminó hace poco que todos los relojes tenían que funcionar en sentido opuesto al horario, que las agujas debían moverse de 1 a 12, hacia atrás. "¿Por qué no?" peguntó el ministro de Relaciones Exteriores, David Choquehuanca, que explicó que la decisión se había tomado en homenaje a los ritmos del Hemisferio Sur. "El 21 de junio nosotros celebramos el solsticio de inverno".

Y hay quienes dicen que el realismo mágico ha muerto…

Mac Margolis