(Foto: Difusión)
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Por Eduardo Venegas

Jefe de Comunicaciones de ISM Perú – Chile

En estas últimas semanas hemos sido testigos de cómo los sistemas de salud, la economía y el medio ambiente pueden transformarse ante situaciones de crisis.

En este contexto, es hora de que las empresas puedan repensar su modelo de negocio y su propósito como marca o empresa. ¿Qué diferencia hago en el mundo?, ¿qué causa abandero?, ¿qué se perdería el mundo si no existiese mi empresa? Así de profundas deben ser nuestras reflexiones cuando tratamos sobre el propósito de una marca. Ese por qué existo debe ser respondido bajo un sentido total de trascendencia. El compromiso de una marca tiene que abrazar, necesariamente, los objetivos del negocio.

Tenemos el desafío de cambiar el tono de la conversación y hablar más de responsabilidad social, de empresas socialmente responsables, de solidaridad, de causas y esfuerzos en pro de un objetivo determinado. Más allá del ¿qué haremos o cómo lo haremos? Lo importante es ¿con qué nos comprometemos? ¿Cómo encaja en la visión de mi compañía lo sostenible? En las respuestas a estas interrogantes hay muchas oportunidades para que las empresas demuestren ese triple compromiso que siempre se busca pero que no siempre se encuentra: Económico, social y ambiental.

Entonces, ¿cómo debe reaccionar una empresa ante esta crisis? La compañía Rep Trak hizo un estudio en España en abril 2020 donde se evaluaron las medidas más valoradas por los trabajadores en sus compañías. La prevención del contagio (26.1%) y el esfuerzo por mantener los empleos (24.3%), fueron las más valoradas, frente al despido de los empleados que fue el comportamiento más criticado.

Hoy es más que seguro que muchos de nuestros colaboradores se preguntan ¿qué hace la empresa por mí y la comunidad? En ese contexto, tenemos la oportunidad de comunicar todas las iniciativas que la compañía pone a disposición de sus empleados y la sociedad. Aquí se refleja el espíritu de una compañía por trascender.

En esta crisis mundial, una empresa puede demostrar su compromiso con la sociedad, no siendo oportunista, sino lo más auténtica posible. Siendo empática ante las necesidades de sus comunidades. Se debe pasar del famoso storytelling, al menos popular, pero más relevante, storydoing. La solidaridad es la gran bandera que hoy debe acompañar el accionar de la sostenibilidad, porque no hay nada más sublime que trabajar unidos hacia un mundo mejor.