Brian Ávalos
Asociado principal en Payet, Rey, Cauvi, Pérez Abogados
Recientemente se ha aprobado en el Congreso de la República la nueva Ley de Teletrabajo y, si bien presenta una regulación positiva, podría tener algunos problemas en su aplicación.
Recordemos que antes de la pandemia existía la Ley 30036, la cual regulaba el teletrabajo y establecía dos aspectos que dificultaban su aplicación, es decir, los costos los asumía directamente el empleador, así como los riesgos frente a un accidente que ocurriera desde donde se realizaba el teletrabajo. Esto generó que solo sea aplicada por 1,700 trabajadores, es decir, era muy poco utilizada.
A partir de marzo del 2020, y ante las restricciones de asistir al centro de trabajo producto de la pandemia, se reguló el trabajo remoto, flexibilizándose la figura, es decir, los costos podían ser asumidos por los empleadores y los trabajadores, pues podría pasar que el trabajador ya tenga internet o utilice sus propios equipos.
Esta figura ha funcionado pues son actualmente más de 200,000 trabajadores que están bajo esta modalidad, 12 veces más utilizada en tan solo 14 meses de su regulación.
Incluso las empresas ya venían haciendo planes para implementar por lo menos en algunas áreas bajo un sistema mixto o total. La incertidumbre era - hasta hace poco - que pasaría luego del 31 de julio del 2021, pues la figura estaba regulada hasta esa fecha.
Si funciona, ¿por qué hay que cambiarla? Esa es la pregunta que podría realizársele al Congreso que ha aprobado el proyecto de ley, modificando y agregando que el empleador va a ser responsable de proporcionar las herramientas y el internet, y cuando las herramientas y el internet las ponga el trabajador, este gasto deberá ser compensado por el empleador.
Al margen de cómo se determinará este gasto, que lo va a definir el reglamento, lo relevante es que se incluye la obligación de compensar. Sería oportuno evaluar si las empresas encontrarán algún tipo de incentivo para continuar con la modalidad de teletrabajo.
Este tipo de medidas podrían terminar perjudicando a los trabajadores, pues generaría que los empleadores prefieran el retorno del personal a sus instalaciones.
Fuera del riesgo a la salud, existen muchos trabajadores beneficiados con el trabajo a distancia pues les permite conciliar la vida familiar con la posibilidad de obtener ingresos, por ejemplo, las madres trabajadoras o el personal que pasaba hasta tres horas diarias en el trayecto por el tráfico.
Se espera que las empresas mantengan esta modalidad pues es beneficiosa para ambas partes. Si se logra publicar la norma, recomendamos estar atentos al reglamento y regular políticas para el mejor uso de esta modalidad.
Por su parte, la Sunafil debe enfocarse en el cumplimiento de la jornada y la desconexión digital, no olvidemos que era uno de los problemas más recurrentes.