Martín Reaño
El temor principal y que hace que muchos empresarios no vean a las fusiones como una alternativa válida para sobrevivir a esta crisis es la pérdida de control del negocio. Se piensa que, si se fusiona la empresa con otra más grande, la pequeña perderá toda capacidad de control.
Esta idea – que por cierto es errada - parte del supuesto de que, en una fusión, la empresa con más ventas (la más grande) será la dominante. No necesariamente es así. La empresa dominante será aquella que cuyas acciones tengan un mayor valor de mercado.
Podría darse el caso en que la empresa grande tenga mucha más deuda que la pequeña. En consecuencia, las acciones de la pequeña podrían tener mayor valor y ostentaría el control de la empresa fusionada.
Podría también ocurrir que los dueños de la empresa pequeña compensen a los de la empresa grande para que la participación accionaria en la sociedad fusionada le de el control a los dueños de la primera.
También podría darse el caso de que los dueños de la empresa pequeña aporten el capital necesario para que la sociedad fusionada salga adelante. Estos aportes la darían mayor participación a la empresa pequeña y así tendría el control de la fusionada.
Hay fusiones en las que la empresa pequeña tiene el control porque aporta a la nueva sociedad un recurso crítico sin el cual la otra empresa no tendría posibilidad de continuar en el mercado. Este recurso puede ser un software, un equipo de última tecnología y de alto costo o acceso a canales de distribución vitales.
Inclusive se podría moderar el control de cada una de las dos empresas en la sociedad fusionada con una composición balanceada del directorio. O, en un extremo, con más directores representando los intereses de los accionistas de la empresa pequeña.
En fin. Podríamos seguir con ejemplos. Lo cierto es que cuando se fusionan dos empresas, el control no siempre recae en la empresa que vende más, que ha generado más utilidades o que tiene una mejor situación financiera.
Ser pequeño no es una razón para dejar de explorar la alternativa de fusionar la empresa. Y probablemente tendrán que pasar muchos años hasta que se presente una coyuntura tan favorable como la del 2021 para las fusiones empresariales.