(Foto: USI)
(Foto: USI)

El 2017 ha sido un año muy particular, un año en el que han sucedido muchos eventos inesperados y que pasará a la historia como un año con hechos que remecieron al país en mayor o menor medida, ante este escenario, ¿cómo afrontar el 2018 desde el punto de vista empresarial?

Como siempre sucede ante hechos negativos tenemos dos opciones, quedarnos en lo negativo que sucedió, no avanzar, el reproche, el malestar, todo aquello que no nos deja avanzar sino nos da la sensación que ahora todo va a ser cuesta arriba. La otra opción es ser positivos, buscar la forma de que nos afecte menos posible lo sucedido, sacar la lección de lo ocurrido, voltear la página y mirar hacia adelante. Sin duda la segunda opción es la que todos deberíamos elegir para poder seguir avanzando en nuestros distintos frentes.

Consciente que es muy difícil la propuesta, considero que es lo mejor ante estas circunstancias, lo más adecuado, desde el punto de vista de los negocios, es tratar de mantener en cuerdas separadas entre lo que sucede en la política de lo que sucede en nuestras empresas. Sí, no es nada sencillo pensar en separar ambos temas pero es, sin duda, lo mejor para el desarrollo de nuestros negocios.

Veamos algunas cifras que reflejan aspectos positivos de la economía, por ejemplo, el tipo de cambio. Si hubiera una preocupación de los inversionistas internacionales en el país habrían retirado flujos y eso hubiera generado reducción de la masa de dólares y, en consecuencia, una subida del tipo de cambio. Si miramos lo que sucedió las semanas anteriores, la volatilidad duró muy pocos días y el tipo de cambio cerró el año en los niveles que mantenía antes de los últimos sucesos, es decir en niveles de S/ 3.237 lo que significa una apreciación del Sol en 3.5% (o una caída del dólar en 3.5%).

Si vemos la construcción, esta ha revertido los resultados negativos que venía teniendo y desde junio viene mostrando crecimientos constantes, y que son mayores cada mes. Así, en junio el crecimiento fue de 3.5%, en julio creció en 3.8%, en agosto creció en 4.8%, en setiembre en 8.9% y en octubre el crecimiento ha alcanzado los 14.3%.

Por otro lado, tenemos el crecimiento de la minería que se basó no solo en el incremento de los precios sino también en el crecimiento de la producción y esto es reflejo de la inversión local y sobretodo extranjera. En cuanto a los precios el cobre subió 19.6%, el Zinc subió 19.7% y el Oro aumentó 8%. En cuanto a la producción, solo por poner un ejemplo Antamina incrementó en los últimos dos años su producción en 73% y espera incrementarla en otro 14% en 2018, de igual forma está creciendo el volumen de las mineras junior y, lo más importante, las perspectivas de crecimiento para el cobre y el zinc son bastante favorables a consecuencia principalmente del crecimiento que tendrá China.

Inclusive en los rendimientos de las AFP hemos tenido un buen año, el Fondo 1 creció 7.1%, el Fondo 2 creció 9.3% y el Fondo 3 creció 9.1%.

Hagámonos algunas preguntas: ¿hemos tenido una devaluación que nos ha generado un cambio importante en la economía?, ¿ha habido un incremento en los precios de los productos?, ¿hemos tenido desabastecimiento de productos básicos?, ¿hemos tenido una caída dramática de la bolsa?, el riesgo país ha incrementado significativamente?, ¿ha habido una ola de salida de inversionistas del país?, ¿hay empresas que han dejado de operar?, ¿hay bancos que están evaluando dejar su presencia en el país?, ¿hay menos liquidez en el sistema financiero?, si la respuesta a todas estas preguntas es negativa, ¿por qué tendríamos nosotros que auto desacelerar nuestras empresas?

Es cierto que hay un sentimiento generalizado de malestar por todo lo ocurrido, es cierto que hay temor en la población por las posibles consecuencias de estos hechos, es cierto que el consumo se ha desacelerado (justamente a consecuencia de esta sensación generalizada) pero, haciendo un análisis objetivo, las principales variables del mercado no son negativas, lo que sí ha sido afectado es el consumo interno, nuevamente, por esta “sensación negativa” originada por la inestabilidad política.

La política es un tema que debemos aprender a separar de nuestra realidad económica. Esto es algo que hacen muy bien los inversionistas extranjeros, si las principales variables están estables no tienen ninguna intención de reducir la inversión, de la misma forma nosotros los locales debemos separar la paja del trigo y no detenernos a nosotros mismos ni a nuestros consumidores, de lo contrario estamos dándonos un tiro en el pie.

Por Segundo Capristán
Director de Asociación Peruana de Finanzas (Apef) e inPeru