Periodista
Sin proclamación oficial aún, Pedro Castillo le ha pedido a Julio Velarde que se quede al frente del Banco Central de Reserva. El pedido público –ya se ha dicho- tuvo como objetivo calmar la inquietud del mercado. Y en parte y por ahora, la adelantada solicitud cumplió su misión.
Obviamente, falta conocer quiénes serán los nuevos miembros del Directorio, y cuál será la real orientación que un eventual gobierno de Pedro Castillo le dará a la economía, para saber si la prolongación de la presencia de Julio Velarde en el BCR va a significar la continuidad de la política profesional y positiva que el ente emisor ha llevado hasta el momento.
Pero siendo el pedido a Velarde una “señal”, un “guiño”, no es lo que realmente preocupa a los agentes económicos, y a muchos ciudadanos, por cierto.
Pedro Francke ha buscado en estas últimas semanas alejar todos los fantasmas de las estatizaciones, expropiaciones, prohibición de importaciones, y un largo etcétera. ¿Lo logró?, seguramente ha instalado, por lo menos, la duda. Pero la certeza o la decepción llegará recién cuando hable directamente Pedro Castillo, y cuando –de ser el caso- nombre a su gabinete.
La pregunta más importante es si –proclamado eventualmente por el JNE- Pedro Castillo anunciará el 28 de julio el inicio de las gestiones –proyectos de reforma constitucional, referéndum, etc.- para la convocatoria e instalación de una Asamblea Constituyente y el cambio total de la Constitución del 93. Es la madre de todas las políticas, y de todas las respuestas.
De eso va a depender la verdadera confianza del mercado por un lado, y la de su base política y su electorado por el otro.
Las otras preguntas muy relevantes están relacionadas con la conformación de su gabinete. Es muy importante saber quiénes serán su premier, y su titular en el MEF, pero también es muy importante –y quizás con mayor impacto real en el día a día- saber quiénes serán sus ministros de Justicia, Trabajo, Ambiente, Energía y Minas, Salud, Educación, Transportes y Comunicaciones, y qué orientación se le dará al trabajo y a la legislación desde esas carteras.
Igualmente relevante será saber quiénes serán los encargados de dirigir algunos organismos públicos que tienen especial incidencia en la marcha gubernamental, en la relación con el sector privado y la ciudadanía. La Sunat, OEFA, Sunafil, Sunedu, por citar solo algunos ejemplos.
Y esto es muy importante porque se puede tener un discurso muy apaciguador y moderado en lo macro, pero radical y/o obstruccionista en lo micro y lo cotidiano. Se puede tener tolerancia en el premierato y hasta una bisagra en el MEF, pero una actitud antagonista y hasta confrontacional desde esos ministerios y/u organismos que ven el día a día y que se encargan de legislar sectorialmente y agilizar, obstaculizar o detener los trámites. Y no hablamos solo de Lima, sino también de las regiones.
Nos ha pasado hace muy poco, antes y en plena pandemia. Una actitud macro muy abierta; pero muy cerrada y negativa en lo micro.