Por Elizabeth Galdo
Directora de la Fundación Telefónica
Sin dejar de lado el dolor que causa de esta pandemia, es necesario destacar la enorme oportunidad que se nos presenta para implementar cambios fundamentales en nuestro sistema educativo. Lo importante es que hoy existe un consenso nacional para atender la crisis educativa generada por el COVID-19.
Al respecto, coincido con lo recomendado por el Banco Mundial: “El objetivo de los sistemas educativos debe ser recuperarse, pero no repetir lo hecho anteriormente”. En ese sentido, si se va a invertir, si se van a hacer cambios, deberían estar dirigidos a enfrentar uno de sus principales problemas: la desigualdad.
¿Cómo enfrentar la desigualdad en la educación? En principio, a través de la innovación tecnológica e impulsando nuevas competencias en nuestros maestros. Invertir para facilitar la formación digital del docente es clave para homologar la calidad de la educación. De hecho, durante más de dos décadas, a través de los proyectos de la Fundación Telefónica hemos evidenciado que un maestro empoderado y capacitado impacta positivamente en la formación de sus estudiantes.
En este proceso no debemos contemplar únicamente una formación en nuevas herramientas digitales. Debemos preparar a los maestros para que sean capaces de aplicar metodologías de enseñanza y evaluación en diversos contextos digitales y convivir con el social media. El maestro debería tener la capacidad de adaptar las nuevas tecnologías a su docencia.
Es una tarea ardua, pero necesaria. Existen diversas iniciativas independientes y un Estado convencido, pero, sobre todo, existe la voluntad del maestro, quien nunca renuncia a mejorar, a seguir creciendo e innovar a pesar de las vicisitudes.
Justamente, ese es el caso del maestro Benjamín Maraza de Arequipa, quien a través de su blog educativo logró que más de 250 alumnos sepan utilizar la matemática para plantear soluciones de prevención frente a fenómenos naturales. Hoy, sus estudiantes saben determinar las zonas de seguridad y los tiempos de evacuación frente a un desastre.
Destaca también la experiencia de la maestra Elizabeth Carhuamaca en Lima. Ella empezó creándose un correo electrónico con la ayuda de sus alumnos y hoy dirige el aula de innovación de su colegio. Ella, además, implementó una app peruana de videojuegos matemáticos, herramienta que ha permitido que casi el 90% de sus estudiantes mejore sus notas en el curso.
Así como estas, son muchas las historias de maestros que están cambiando la vida de sus estudiantes gracias a la innovación. Nos corresponde ahora promoverlos y potenciarlos y, de esta manera, hacer frente a la desigualdad.