Por Armando Cavero
Por Armando Cavero, Managing Partner AIMS International Perú
En reciente artículo en este medio (Gestión 01.04.2020) comenté sobre la revaloración de los ejecutivos con experiencia en toma de decisiones frente a situaciones adversas, pero, sobre todo, fuera de su control e inesperadas. Usé el ejemplo de los gobiernos populistas, el de los sistemas informáticos del cambio de siglo (Y2K) como momentos en los que experiencias que iban cayendo en desuso se apreciaban y predije que, de modo análogo, los ejecutivos “baby boomers” con experiencias como las que describo al inicio del párrafo serían revalorados.
A la sazón y como informa Joseph Steinberg en reciente artículo de su web https://josephsteinberg.com, el gobernador de New Jersey, Phil Murphy, acaba de decir en una conferencia de prensa que su estado necesita voluntarios con habilidades informáticas “Cobalt” (quiso decir Cobol, lenguaje de programación de más de 60 años de existencia) para ayudar a reparar los sistemas de seguro de desempleo que operan desde hace 40 o más años, pues actualmente están abrumados como resultado de la pérdida de empleos por covid-19.
Sigo creyendo que esto es solo un inicio y que, en la situación que vivimos, enfrentando situaciones inesperadas fuera de nuestro control, y en extremo determinantes para nuestra viabilidad como empresas en el corto y mediano plazo, comenzarán a percibirse dinámicas diferentes, únicas y nuevas en los equipos de trabajo, aunados a requerimientos que se creían superados en el tiempo.
Así como una cadena se rompe en el eslabón más débil, los equipos de trabajo modernos y exitosos son maquinarias ensambladas incluso más estrechamente que antes, con diversos engranajes que deben estar firmemente engarzados, pero sobre todo listos a experimentar en conjunto nuevas velocidades y hasta un mayor “torque” que equivale a una presión incremental no experimentada en el trabajo diario, aquella de tipo excepcional e inevitable.
Es entonces cuando los equipos se ponen a prueba, es entonces cuando son o no capaces de responder de manera armónica y es también entonces cuando los miembros menos preparados para estos retos, es decir, los engranajes más débiles del momento comienzan a afectar el funcionamiento del equipo en general y se vuelven el eslabón más débil de la cadena. Esto se percibe más claramente, en particular y lamentablemente, en situaciones inesperadas y de emergencia.
La casi total paralización de las actividades económicas ha puesto sobre el tapete del CEO, con más notoriedad que antes, las falencias que pueden existir en sus equipos y la necesidad de tomar medidas para mantener el movimiento y el sincronismo de sus engranajes. Su equipo está hoy, como pocas veces antes, puesto a prueba en cuanto a la capacidad y adaptabilidad individual para superar la crisis.
El mercado de contrataciones ejecutivas está sufriendo una fuerte caída momentánea, pues las empresas están atendiendo hoy con más prioridad lo urgente que lo importante; si el recambio de un ejecutivo había sido decidido, muy probablemente aparecerán nuevos requerimientos de este tipo que sucederán en momentos de menor presión sobre la viabilidad de la empresa por factores exógenos como la pandemia.
Consultoras internacionales en la industria del Executive Search como Hunt Scanlon notan un declive inmediato importante en esta práctica, el que predicen será seguido por un fuerte rebote en el segundo semestre. A nivel de países desarrollados, industrias como salud, biotecnología y, a nivel global, áreas como I/T, comercial, cadena de suministro, recursos humanos y finanzas deberían liderar las contrataciones por venir. Es de esperarse también a nivel global y local que se dé una consolidación de empresas de Executive Search o la salida del mercado de aquellas cuyos costos fijos hayan sido una amenaza que termina por hacerse real ante esta crisis.
En cuanto a la situación general, ¿cuántos CEO se sienten hoy solos en la toma de decisiones, porque las experiencias previas de algún(os) miembro(s) del comité de gerencia no está(n) a la altura de este imprevisto y excepcional reto? ¿Cuántas empresas han notado que sus planes alternativos de comercialización, aprovisionamiento y distribución (virtuales, electrónicos, digitales, etcétera), y que quizás estaban en proceso o hasta en segunda prioridad, son ahora imprescindibles?
En recursos humanos, hoy más que nunca el espíritu de equipo y la conciencia de interdependencia que esta área haya podido desarrollar entre los colaboradores harán posible o no aplicar medidas concretas y sobre todo imaginativas que les permitan a todos mantener sus empleos en el mediano plazo, asumiendo como una necesidad común la viabilidad y supervivencia de la empresa. La conducción (liderazgo) de las expectativas y el compromiso que se logre por parte de los colaboradores serán elementos determinantes para este fin.
En lo financiero, y particularmente en tesorería, la experiencia del líder del área hará toda la diferencia en el manejo de su equipo, de los activos y líneas de crédito imprescindibles para capear el temporal y luego retomar actividades de la mano con los bancos, acreedores y clientes; caso similar se está dando en la cadena de suministro, engranaje clave para garantizar la continuidad de la operación y que ante el cese de operaciones total o parcial de proveedores y socios de negocios funcionales, destaca con mayor claridad que antes.
Lo comercial merece una mención aparte porque hoy se ha puesto en evidencia la inexistencia de algunos mecanismos imprescindibles en empresas B2B o B2C por igual, que les habrán permitido reaccionar ante las limitaciones impuestas por las medidas de control de la pandemia covid-19. Formas alternativas de llegar al cliente final apoyados en lo digital, contar con un canal de entrega propio o tercerizado y que hubiéramos validado como subsistente ante una crisis, la posibilidad de atender pedidos individuales o empresariales de manera virtual o dicho en resumen, estar listos para poder mantener ingresos por ventas, son temas que hoy deben estar en las mentes de todos los CEO y empresarios en general. Cabe preguntarse entonces, ¿estuvimos listos para esta situación o por lo menos en capacidad de reaccionar con agilidad y certeza ante ella, nuestros lideres estuvieron y estarán a la altura del reto? La crisis y la oportunidad van siempre de la mano y es momento de salir de esta pandemia preparados y entendiendo mejor las capacidades y experiencias de nuestra “maquinaria” ejecutiva, alistándonos para la eventual e indeseada venida de una crisis similar, una que ya no afecte directamente a los mercados financieros ni al comercio internacional, sino a la raíz y causa primera de la actividad económica, al ser humano.