Gonzalo Galdós
Presidente de OLC y VP de Futura Schools
Los planes de los candidatos para el sector educación no son ajenos a la polarización ideológica de estas elecciones, estos abarcan un amplio espectro de iniciativas que, por un lado, es reconfortante, porque por primera vez tienen cierto nivel de detalle y, por otro, decepcionante, porque el nivel de conocimiento de los autores no es el adecuado, sin embargo rescatamos el interés por algunos aspectos críticos. Al respecto la comunidad educativa de IPAE está elaborando un análisis comparativo que será una significativa contribución al nuevo gobierno, si llegara a prestarle atención. A continuación comparto mis refelexiones sobre lo malo, lo feo y lo bueno de las propuestas:
LO MALO: Ninguna mención al problema más grave a enfrentar, el de los 6.5 millones de escolares estatales, víctimas de un sistema de baja calidad endémica y de la incompetencia de los últimos gobiernos para proveer una educación a distancia con la mínima suficiencia. Tampoco se menciona el Proyecto Educativo Nacional del Consejo Nacional de Educación, que propone, acertadamente, darles autonomía a los colegios públicos y a sus directores y no crear más burocracia como en la propuesta de un Instituto de Educación Digital o un ente para la educación de jóvenes o la de convertir al Minedu en un ministerio ampliado a la formación profesional para el trabajo, traslapando funciones con el MTPE. También se propone una necesaria reforma docente, pero sin meritocracia. Merecen mención lamentable las propuestas de incrementar la regulación y supervisión de las acogotadas escuelas privadas y ni una sola mención a la indispensable fiscalización de la calidad en escuelas públicas.
LO FEO: La falta de conocimiento de algunos candidatos sobre lo que proponen reformar, propuestas populistas de aumentar el presupuesto hasta un 10% del PBI, sin especificar cómo se financia y sin considerar que el problema no es de recursos sino de gestión (basta con mencionar que el nivel de ejecución presupuestal fue de 69% el 2019, los colegios inconclusos o inutilizables y la adquisición de las tabletas). Resaltan negativamente las propuestas populistas de “eliminar el lucro en educación”, entendido como la suspensión de las licencias a las instituciones privadas tanto asociativas como societarias, a pesar que la norma de transparencia reveló que sus márgenes son exiguos y sin contemplar que, por la pandemia, la economía de los colegios pequeños es insostenible. Por otro lado, tambien se propone eliminar los incentivos tributarios a la reinversión en universidades privadas, sin conocer que ya fueron descontinuados en el año 2017.
Otras propuestas, sin mayor aporte y que trasuntan desconocimiento, son la de un diseño de colegios públicos tipo por zonas geográficas, algo que ya se hizo y que, sin embargo, no corrige los sospechosos costos, significativamente más altos, que los de los colegios privados con capacidad equivalente. Otras propuestas intrascendentes son la actualización del currículo de estudios para incorporar competencias blandas en la formación de alumnos y docentes, que ya se aprobaron en lo normativo, pero que fallan en la ejecución.
LO BUENO: Dos aspectos críticos se priorizan en la mayoría de las propuestas. El primero sobre la conectividad de los estudiantes. Dadas las características de nuestra realidad geográfica, la solución técnica pasa por una red satelital. Otras alternativas tardarían muchos años y millones de niños serían afectados por brechas de calidad. El segundo aspecto es que la educación a distancia no debe ser solo un substituto de la presencial en tiempos de pandemia, sino una modalidad en paralelo y complementaria para cerrar las brechas de cobertura, con acceso a buenos profesores y acompañamiento. Son destacables también las propuestas de que Aprendo en Casa 2,0 sea la plataforma operativa de un verdadero sistema de gestión del aprendizaje (LMS) - y no el remedo que es hoy - acompañada de equipamiento, recursos y formación de competencias digitales para toda la familia. Resalta tambien la propuesta de fortalecer Cuna Más, mediante jornada completa de atención integral a los niños de mas de 3 años, garantizando comida saludable y verdadera nutrición. También es valiosa la propuesta de promover que las IIEE configuren una red de Escuelas de Padres, para involucrarlos de manera pertinente en el acompañamiento de la educación de sus hijos. Interesante también la propuesta de fortalecer el Fondo Nacional de la Educación Peruana (Fondep), para alentar el reconocimiento y difusión de buenas prácticas y la innovación educativa y la creación de un Serume docente, que incluye becas de maestría para profesores que trabajen en zonas rurales.
En cuanto a la educación superior, destacan las propuestas de aumentar las vacantes en universidades e institutos públicos; el énfasis en la educación superior tecnológica y técnico-productiva; la transformación efectiva de los institutos de educación superior pedagógica en escuelas especializadas; y la propuesta de promover los CEI para mejorar la gestión escolar y facilitar la transitabilidad de los estudiantes en los diferentes niveles educativos y su desarrollo integral. Mucho más difícil, pero necesaria, es la captación de los mejores formadores de docentes que se puedan reclutar.
No podían faltar las propuestas de políticas y medidas de financiamiento de estudios para jóvenes, o el licenciamiento de institutos y escuelas superiores no vinculado al Minedu, para no convertirse en juez y parte; y la instauración de un sistema de mejora continua con acreditaciones a cargo de instancias autónomas, aclarando el rol del Sineace.
En síntesis, la educación peruana está en cuidados intensivos y los candidatos no quieren comprometerse con reformas cuyos resultados, muy probablemente, no se verían durante su mandato y, como en el caso de las vacunas, no aceptan la posibilidad de que el sector privado podría brindarles una ayuda indispensable.