Eduardo Morón
Presidente de APESEG
Los congresistas antes de empacar sus cosas han decidido avanzar con una serie de iniciativas para modificar aquello que funciona mejor en el sistema privado de pensiones porque es obvio que lo complicado es muy complicado y mejor no meterse en camisa de once varas. De esta manera, las iniciativas presentadas no mejoran la cobertura en lo absoluto, no resolverá ni un milímetro el problema de baja densidad de aportes, y por ello las pensiones no mejorarán.
A la Comisión de Economía preocupada por la falta de competidores en el mercado previsional le pareció buena idea acoger la propuesta de Asomif de abrir a las entidades del sistema financiero - sin incluir a las compañías de seguros- la posibilidad de ofrecer cuentas previsionales. En la discusión de esta semana el Banco Central, la SBS, el MEF y la Asociación de AFP les demostraron que el proyecto de ley original estaba plagado de problemas para el afiliado así que la Comisión regresó con un proyecto completamente distinto y lo aprobó.
Lo aprobado básicamente le dice a bancos y cajas que podrán ofrecer los mismos productos que ofrecen hoy las AFP una vez que implementen un vehículo bajo patrimonio separado, que podrá ofrecer exactamente lo mismo que las actuales AFP y cumpliendo todas las reglas de cumplimiento normativo de las AFP.
La Comisión de Economía se olvidó de la discusión que se dio en el marco del abortado proceso de reforma de pensiones donde se hizo hincapié que si se quiere mayor competencia se requiere dividir en dos el actual sistema de pensiones: por un lado, debería quedar un esquema centralizado asociado a todo el proceso que opera el back office actual. Pero, por otro lado, se podría abrir la competencia a múltiples administradores de fondos que utilicen el back office común. Aquí podrían entrar desde compañías de seguros que tienen la experiencia de administrar portafolios de inversión con horizontes muy largos, hasta las actuales AFP y si los bancos se animan también. De esta manera, sí se generaría la competencia que tanto aspiran pero que no conseguirán con el actual proyecto de ley.
La Comisión de Defensa del Consumidor erróneamente ha aprobado un proyecto de ley que penaliza a las AFP forzándolas a devolver el 50% de las comisiones por administración cuando durante algún año (calendario) la rentabilidad de los fondos sea menor a la inflación anual. Este proyecto revela que a pesar de que todo el año el Congreso se ha pasado discutiendo temas de pensiones no ha aprendido lo esencial. El horizonte de la administración de dichos fondos es 40 años y no un año. Si “pierdo” un año, pero lo recupero después, estaría en línea con lo que al afiliado le interesa. Este proyecto va a generar el peor remedio para todos los afiliados, que es forzar a un manejo hiperconservador de los fondos que reducirá significativamente las pensiones futuras de todos. ¿No sería más simple que el Congreso cree un producto previsional que ofrezca una rentabilidad fija para los próximos 40 años? Con eso se atenderá a quienes no quieren correr el riesgo o soportar los eventuales malos años. Ahí se darán cuenta que es imposible ofrecer tasas mayores de 4-5% por encima de la inflación.