Editorial de Gestión. El deterioro de la calidad del empleo ha sido más acentuado en las empresas de menor tamaño (de uno a diez trabajadores), que son las que concentran el grueso de la masa laboral del país. (Foto: Eduardo Cavero | GEC)
Editorial de Gestión. El deterioro de la calidad del empleo ha sido más acentuado en las empresas de menor tamaño (de uno a diez trabajadores), que son las que concentran el grueso de la masa laboral del país. (Foto: Eduardo Cavero | GEC)

EMPLEO. Las cifras siguen mostrando señales del deterioro de la calidad del empleo en el país. Aunque el número de personas ocupadas aumentó en el primer trimestre de este año, respecto de los mismos periodos del año pasado, del 2020 y del 2019, según el reciente informe laboral del INEI, siguen prevaleciendo dos características preocupantes: la informalidad y los bajos ingresos. Hay que recordar que la cuarentena comenzó a regir el 16 de marzo del 2020, y trastocó por completo la economía peruana, de modo que una comparación más adecuada con la época previa a la pandemia es con datos a marzo del 2019.

En el ámbito urbano, el empleo informal durante el periodo anual abril 2021-marzo 2022 se incrementó 10.7% respecto del periodo abril 2018-marzo 2019, aunque con respecto al mismo año móvil terminado en marzo del año pasado, el aumento fue mayor (23.2%). Eso significa que la recuperación del empleo tras las peores etapas de la pandemia ha tenido un fuerte sesgo informal. Las personas están encontrando trabajo, pero sin acceder a beneficios laborales, es decir, están completamente desprotegidas.

Este deterioro de la calidad del empleo ha sido más acentuado en las empresas de menor tamaño (de uno a diez trabajadores), que son las que concentran el grueso de la masa laboral del país, pues dan trabajo a cerca de tres cuartas partes de la PEA ocupada. Los trabajadores informales representaron el 82.4% del empleo en ese grupo de empresas durante el año móvil abril 2021-marzo 2022. Debido al peso laboral de las pymes, la informalidad total creció respecto del año móvil previo y también del periodo prepandemia.

En cuanto a los ingresos, el promedio del año móvil abril 2021-marzo 2022 se incrementó respecto del periodo previo, pero siguió por debajo de lo que los trabajadores percibían antes de la pandemia. Es decir, hay un retraso de tres años –al igual que con la recuperación del empleo formal–. La situación de los ingresos se agrava si se suma a la ecuación la pérdida del poder adquisitivo a causa de la inflación, sobre todo para los trabajadores de menores ingresos.

En lugar de promover la formalidad, el Gobierno está haciendo lo contrario con medidas como el incremento de la remuneración mínima o las restricciones a la tercerización laboral (la Comisión de Economía del Congreso ha aprobado dejarlas sin efecto). Pero la de Trabajo ha decidido convertir en permanentes a los trabajadores de la exportación no tradicional contratados temporalmente. Al parecer, se busca batir el récord de informalidad.