Martín Vizcarra. (Foto: GEC)
Martín Vizcarra. (Foto: GEC)

MIOPÍA gubernamental. El primer paso para solucionar un problema es admitir que existe, esa es una frase que vale en cualquier área de la vida y también aplica a la labor de las autoridades. Lamentablemente, el presidente y su Gabinete parece que nunca la escucharon. A manera de ejemplo, están los problemas de comunicación y la forma en que se entregaron los bonos.

En las últimas semanas, y con mayor intensidad a partir del retorno a la inamovilidad de los domingos, desde diferentes frentes se le ha repetido al Ejecutivo que para lograr resultados debe modificar sus planes y mejorar la comunicación. Una muestra evidente son los problemas que enfrentaron las personas que se acercaron a cobrar su bono al pues los mensajes enviados eran muy confusos. Incluso Carolina Trivelli, directora del BN, reconoció que hay un problema de comunicación, pero el mandatario lo niega y solo habla de campañas exitosas.

Una comunicación “exitosa” es la que toma en cuenta las características del grupo al que va dirigida. Es conocido el bajo nivel de comprensión lectora que tienen los peruanos, y si los mensajes no son directos, sencillos y claros, no cumplirán su objetivo y solo generarán dudas. A eso se debe añadir canales adecuados para cada sector, no todos pueden acceder a las redes sociales. Por ello, también puede ser necesario hacerlo a través de radios locales o vecinales y líderes comunales.    

Los ciudadanos deben  cuidarse y evitar que el virus ingrese a sus casas, pero la labor del Gobierno no es encerrar a la población sino ir a buscar al virus y atacarlo. Repartir bonos para ayudar a permanecer en casa está bien, pero anunciar su entrega es muy diferente a lograr que estos lleguen oportunamente a sus beneficiarios. Vizcarra afirmó que en junio se habría terminado con el pago de los bonos, luego dijo que sería en julio, llegó agosto y aún no se culmina con la entrega. De poco sirve seguir firmando decretos si el dinero no llega a las familias. Además, si para entregarlos la gente debe aglomerarse algo va mal.

Los esfuerzos iniciales que llevó adelante el Gobierno se saludan, pero no se puede seguir viviendo en el pasado. Hoy el camino que sigue el Gobierno no es el más efectivo, y si el mandatario prefiere desacreditar cualquier intento de hacerle ver los errores que se están cometiendo y se niega a realizar alguna autocrítica, es muy poco lo que podrá enmendar.

El Gobierno tiene que reconocer errores y poner en marcha una nueva estrategia. Las familias de los compatriotas muertos así lo exigen.


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