(Foto: GEC)
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Sostenibilidad fiscal. Pese a todos los argumentos que demostraban su inviabilidad, el Congreso aprobó por insistencia la “devolución” de aportes a la . Ya había sido observada por el Ejecutivo, pero una vez más se hace evidente que la gran mayoría de legisladores piensa que el Tesoro Público cuenta con recursos infinitos –y sigue sin querer entender que el Congreso no tiene iniciativa de gasto–. Esa autógrafa terminará en e, según anunció el presidente

No obstante, eso no detiene los ánimos dadivosos. La bancada de Acción Popular está promoviendo la suspensión de pagos del IGV e Impuesto a la Renta para las mypes, entre este mes y marzo del 2021, a fin de “facilitar” sus ventas de Navidad y del periodo escolar. El hecho de que, de aprobarse, la medida regiría durante la campaña electoral sería pura coincidencia. Es que aunque no lo quieran admitir su autores y promotores, iniciativas legislativas de ese tipo están orientadas a la captación de votos.

Por ejemplo, no es coincidencia que en el actual Congreso, que asumió en marzo, el 31% de los proyectos de ley que cuentan con dictamen positivo tengan un costo directo sobre las finanzas públicas –según un recuento hecho por el Consejo Fiscal–, cuando en el disuelto solo era el 11%. La generosidad abarca medidas como creación o extensión de beneficios tributarios, incremento de riesgos fiscales y afectación del gasto público.

La campaña electoral será diferente a las anteriores, en particular porque no se podrán organizar mítines, de modo que los candidatos tendrán que hacer uso de otras plataformas para recitar sus promesas, como las virtuales. Quizás también se enfrenten a un electorado menos crédulo y es de esperar que el interés de los jóvenes en la política, que fue clave en los acontecimientos del mes pasado, se mantenga y obligue a los candidatos a hacer ofrecimientos con sustento.

En ese sentido, prometer un mayor gasto tendrá que estar acompañado de su contraparte: ¿Qué fuentes generarán esos mayores recursos? ¿Se crearán o aumentarán impuestos? ¿Se eliminarán exoneraciones tributarias? ¿Se reformarán impuestos como el predial? ¿Se reducirá el presupuesto de algunos sectores para aumentar los de otros? ¿Se recurrirá al endeudamiento externo?

Si el electorado demuestra que ha madurado, ya no será tan fácil para los candidatos ofrecer el oro y el moro, y se verán obligados a ser consistentes con sus propuestas. El 2021 será un año difícil, de modo que hay que tener mucho cuidado con jugar con las expectativas de la población.

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