Futuro poco creíble

SITUACIÓN FISCAL. El último Marco Macroeconómico Multianual (MMM 2021-2024), elaborado por el MEF, proyecta que el déficit fiscal se elevará este año a 10.7% del PBI (desde 1.6% en el 2019) y bajará algo en el 2021 (6.2%), pero se mantendrá muy por encima del límite de la regla fiscal (1%) al cual convergería recién en el año 2026.

Si bien el drástico crecimiento de la brecha fiscal estaba cantado por los efectos de las medidas que tomó el Gobierno para contener la pandemia del COVID-19, ya que afectaron tanto los ingresos (caerán este año de 19.9% a 17.7% del PBI) como los gastos fiscales (subirán de 20.1% a 26.2%), se esperaba que fuera un impacto temporal (2020-2021) y luego se transitara hacia una consolidación de las cuentas fiscales. Sin embargo, ello no está garantizado, según coinciden el Consejo Fiscal, exministros de Economía y varios economistas.

Primero porque en el MMM se observa una sobrestimación de ingresos que se sustenta en un exceso de optimismo respecto del crecimiento anual promedio del PBI a partir del 2022 (de 4.5%) y en una meta ambiciosa de recaudación asociada al logro de ingresos fiscales permanentes de 1.5% anual, que no se respalda en medidas tangibles que aseguren este incremento. Por otro lado, las proyecciones del gasto para el periodo 2022-2024 implican casi dos puntos porcentuales más que el promedio de los 10 años previos a la pandemia.

Un problema asociado a lo anterior es el financiamiento del déficit. El Gobierno ha hecho uso de activos y de deuda pública adicional, de tal magnitud que prácticamente ha dejado sin disponibilidad de recursos al Gobierno que viene para enfrentar cualquier choque (política anticíclica), sin comprometer la sostenibilidad de las finanzas públicas.

Según el Consejo Fiscal, la reducción del déficit fiscal planteada para los años 2021-2024 (se mantendría en cerca del 39%) no se refleja en menores niveles de endeudamiento público en dicho periodo. Lo cual puede generar una mayor carga por el pago de intereses que disminuiría el espacio para el gasto.

En este contexto, algunos economistas ya advierten que, aun cuando el MEF afirme que no se prevé incremento de impuestos en el 2021, es posible que el próximo Gobierno se vea obligado a tomar algunas medidas en ese sentido y, por otro lado, a ajustar el gasto público. Ahora que se debate el proyecto de ley de presupuesto público para el 2021, la discusión en el Congreso no debería estar solo en torno a cuánto le toca a tal o cual sector, sino sobre los temas de sostenibilidad fiscal.