El valor máximo de la vivienda para acceder al Bono del Buen Pagador (BBP) será de S/310,800. (Foto: GEC)
El valor máximo de la vivienda para acceder al Bono del Buen Pagador (BBP) será de S/310,800. (Foto: GEC)

VIVIENDA. Se suele afirmar que millones de peruanos sueñan con tener una casa propia, aunque en el caso de Lima –debido a las restricciones de espacio– tendría que hablarse del “sueño del departamento propio”. Sin embargo, son muy pocos los que están en situación de convertir sus anhelos en realidad, pues aparte de las ganas hay que contar con una posición económica y financiera apropiada.

Según un informe de BBVA Research, en Lima Metropolitana existen 58,600 hogares que, además de estar interesados en comprar un departamento en los próximos dos años, cuentan con la cuota inicial, y la cuota mensual que pagarían (en el horizonte temporal que desean) no excede el 30% de sus ingresos netos. No obstante, el informe subraya que la demanda efectiva sería menor si algunos de esos hogares no tuvieran acceso al crédito, es decir, si no poseyesen activos, deudas acotadas e ingresos formales, predecibles y/o verificables.

Por su parte, la oferta actual (en Lima) asciende a 27,600 departamentos y, como es obvio, no se divide en unidades para primera compra y para compras subsiguientes. De hecho, para las inmobiliarias y constructoras –y para los bancos– es menos complicado y costoso colocar departamentos a clientes que ya conocen. Muchas incluso promocionan sus productos como idóneos para destinarlos al alquiler. Las autoridades han tomado nota de esta tendencia y no solo han actualizado la legislación sino que están buscando otorgar facilidades a quienes buscan rentar una vivienda.

Con todo, existe una brecha muy grande entre oferta y demanda, lo que no se ve reflejado en los precios, pues estos han aumentado, pero sí en las tasas de interés, que están en niveles más bajos que hace once años. El informe indica que la respuesta de la oferta inmobiliaria ha sido la construcción de edificios con más pisos y departamentos más pequeños y con menos dormitorios, mientras que el Estado facilita la compra, a través de Mivivienda, de unidades que incorporan criterios de sostenibilidad ambiental.

Asimismo, concluye que el dinamismo de la oferta se vería favorecido con la solución de problemas estructurales como la falta de acceso a saneamiento y electricidad, y la inexistencia de un plan de desarrollo urbano para Lima –lo que hoy existe es regulación municipal fragmentada–. El informe estima que las ventas seguirán creciendo este año, aunque no alcanzarán los niveles del periodo 2011-13.

Para el mediano plazo, prevé que la demanda encontrará soporte en la expansión de la clase media. Ello representaría un cambio notorio, pues hoy ese papel lo ostentan los limeños pudientes. Quizás valga la pena soñar.