Los recursos autorizados por el MEF no podrán ser destinados, bajo responsabilidad, a fines distintos para los cuales son autorizados. (Foto: GEC)
Los recursos autorizados por el MEF no podrán ser destinados, bajo responsabilidad, a fines distintos para los cuales son autorizados. (Foto: GEC)

EXPECTATIVAS DEL MEF. Es sabido que las proyecciones del MEF tienden a ser más optimistas (menos realistas, dirían sus críticos) que las del BCR. También es cierto que las del instituto emisor terminan siendo más acertadas. El Informe de Actualización de Proyecciones Macroeconómicas (IAPM) 2019-2022, publicado el fin de semana, que contiene el recálculo de las cifras del Marco Macroeconómico Multianual (MMM) para el mismo periodo, es una muestra más de dicha tendencia.

Por ejemplo, el Reporte de Inflación (RI) del BCR, publicado en marzo, proyecta crecimientos del PBI, inversión pública e inversión privada de 4%, 1% y 6.5% para este año, mientras que el IAPM espera 4.2%, 4.5% y 7.6% para los mismos indicadores. Cabría preguntarse si ocurrió algún evento crucial entre la elaboración del RI y el IAPM para que sus proyecciones difieran tanto, sobre todo las de inversión.

En realidad, todo se explica por los supuestos y metodologías que se utilizan para los cálculos. En ese sentido, el MEF apuesta por tres proyectos de inversión pública (reconstrucción, refinería de Talara y los Panamericanos y Parapanamericanos), aunque con la excepción de los juegos deportivos, los analistas no esperan que se gaste todo lo presupuestado. El MEF también ha puesto sus esperanzas en que los nuevos gobiernos subnacionales reviertan la tendencia a la baja de su inversión durante el primer año de gestión. 

Los resultados de abril inclinan, por ahora, la balanza a favor del MEF. Entonces, ¿se cumplirá la proyección del IAPM? Hay que recordar que el del año pasado proyectó un “crecimiento dinámico” de 17.5% en la inversión pública, pero al cierre del 2018 esa expansión fue menos de la mitad (8.4%).

El sesgo optimista del MEF también se observa en sus proyecciones de ingresos públicos, que suelen ser inferiores a los resultados observados. Según el Consejo Fiscal, esa tendencia se refleja “en la inclusión de medidas tributarias no implementadas a la fecha”. Por ejemplo, el MMM Revisado 2014-2016 sustentaba su senda de ingresos en esfuerzos por elevar la base tributaria y reducir la evasión y elusión, y en cambios normativos en la tributación municipal para optimizar los impuestos predial, de alcabala y al patrimonio vehicular.

Es que los ingresos públicos han estado comportándose en función del ciclo económico, pues las medidas para elevar la recaudación tributaria han sido tímidas y de poco alcance –no hubo ninguna para el ámbito municipal–.

El resultado del primer semestre será la primera aproximación más cercana de cómo puede terminar el 2019.