DESACELERACIÓN. El PBI de noviembre apenas creció 1.78%. El BCR ya lo había adelantado en su último Reporte de Inflación al ajustar el crecimiento del PBI del 2017 (de 2.7% a 2.6%). Y cada vez son más las proyecciones de que la expansión de este año será menor a 4%. Un factor de peso para estas revisiones a la baja es la escasez de anchoveta, que tiene un impacto negativo sobre la manufactura primaria. Nuevamente, nuestra dependencia de los recursos naturales nos obligará a seguir esperando que los peces crezcan y se multipliquen para que la economía se reactive.

Pero hay otros factores, como el modesto desempeño del gasto público –en especial la inversión– que en el cuarto trimestre del 2017 registró un incremento menor al proyectado, según informa el BCR. Si bien el impacto inflacionario de El Niño costero se revirtió, la entidad ha admitido que la baja inflación del año (1.36% en Lima y 1.5% a nivel nacional) fue uno de los efectos del persistente enfriamiento.

Ante esta situación, la semana pasada la autoridad monetaria decidió reducir su tasa de interés referencial (de 3.25% a 3%), pues estima que esta medida servirá para que el sector financiero ofrezca créditos al sector productivo a costos menores. La reducción de los encajes es otra acción tomada en el mismo sentido, ya que incrementa la liquidez. Sin embargo, estos estímulos no son de efecto inmediato, de modo que hará falta que otros actores reaccionen.

Por ejemplo, el Ejecutivo todavía tiene pendiente mejorar sustancialmente la reconstrucción, que deberá incluir las zonas afectadas por el sismo del domingo. Pero hay otro poder del Estado que no puede eludir su responsabilidad: el Congreso. Por más que la oposición sea mayoritaria, su trabajo no consiste exclusivamente en ejercer control político, pues lo que el país requiere en estos momentos es que también presente iniciativas para reactivar la economía.

Suponemos que las bancadas cuentan con asesores económicos capaces que orienten el debate, tanto para sus propias propuestas como para las decenas de proyectos de ley que el Ejecutivo ha presentado y que hoy se encuentran encarpetados, a pesar de que muchos tendrían un impacto significativo en el corto plazo. Una alternativa eficaz sería convocar a especialistas independientes, una práctica que tendría que hacerse costumbre.

Según la encuesta Pulso Perú, el 52% espera que este año la economía crezca igual que en el 2017. Es una percepción entre cautelosa y resignada, y tanto el Ejecutivo como el Congreso tienen la obligación de evitar que se deteriore, sobre todo si se tiene en cuenta que las perspectivas para la economía mundial son muy optimistas.