PENSIONES. Hace unos días, el Fondo Monetario Internacional emitió un informe sobre el Perú que incluye un análisis sobre el Sistema Privado de Pensiones, que hace poco cumplió 25 años de funcionamiento, y las mejoras y cambios que, a su criterio, deberían realizarse para que los afiliados puedan gozar de un mayor monto pensionario al jubilarse.

Sin embargo, el análisis y las conclusiones a las que llegó el FMI han generado un fuerte rechazo por parte de la Asociación de AFP, al punto que su presidenta, Giovanna Prialé, cree que el informe muestra un desconocimiento de cómo funciona el mercado peruano de fondos de pensiones.

El FMI sostiene que los afiliados de AFP se jubilan recibiendo una pensión equivalente al 25% de su sueldo promedio y que este porcentaje podría reducirse en los próximos años. Para revertir esta situación que se explicaría, en parte, por la reducida densidad de contribución de los trabajadores, el FMI recomienda no solo aumentar el número de contribuciones anuales sino una reducción en el cobro de comisiones por parte de las AFP, poniéndoles un tope máximo, y la eliminación de la ley que permite a los trabajadores retirar el 95.5% de su fondo.

Las AFP discrepan del análisis y aseguran que hoy un jubilado recibe el equivalente al 64.6% de su sueldo y que si aportara durante 30 años podría recibir el equivalente al 50% de su sueldo promedio. Obviamente, tampoco creen necesario ponerle un tope al cobro de comisiones.

Es posible que siendo una mirada externa el análisis del FMI deje de lado algunas características propias del Perú. Sin embargo, resulta poco creíble que una entidad encargada de hacer estudios y análisis económicos y sociales por todo el mundo esté tan equivocada como afirma la Asociación de AFP. Asimismo, es poco creíble que luego de 25 años la única modificación que las AFP crean necesaria es la de atacar la informalidad —una medida, sin duda, indispensable— o cerrar la ONP.

“Cuando el río suena es porque piedras trae”, reza un antiguo refrán, y sería importante que las AFP tuvieran una mirada más crítica de su labor para que las recomendaciones de reforma, tan necesarias para el bienestar de los trabajadores, vinieran desde sus propias filas. El último cambio, la libre disponibilidad, no fue una medida adecuada, sin embargo, la mayoría del país la apoyo, pues se sentía desilusionada de los resultados del Sistema Privado de Pensiones. Se debe trabajar para que una situación así no se repita.