Banco Central de Reserva (BCR). (Foto: Andina)
Banco Central de Reserva (BCR). (Foto: Andina)

EXPECTATIVAS. En las últimas semanas, ha revivido el optimismo de los peruanos. Días atrás, destacábamos que tanto la confianza del consumidor como la del sector empresarial mejoraban. La última encuesta de Pulso Perú confirma la tendencia. Así, aumenta en 12 puntos el porcentaje de peruanos que sienten que su economía familiar estará mejor dentro de 12 meses, y sube en 10 puntos el porcentaje de quienes creen que este año habrá mayor inversión privada. También hay una mejora significativa, de 15 puntos, en que el Gobierno ahora sí avanza en las tareas de la reconstrucción.

El mejor ánimo refleja lo que el Banco Central de Reserva ha remarcado: los indicadores de la actividad económica muestran signos claros de mayor dinamismo, y a nivel mundial se siguen evidenciando indicadores favorables.

Si las expectativas se mantienen en alza, el Gobierno podrá avanzar en las medidas económicas. Un ejemplo de ello es que a pesar de que el incremento del ISC —a las bebidas azucaradas, combustibles contaminantes, licores y cigarrillos— trae consigo un aumento en los precios finales de los productos, más del 50% está de acuerdo con la decisión. Pero hay que tener cuidado con la lectura de la encuesta, ya que dependerá de cuánto se encarecen dichos productos para saber cómo se refleja ello en el humor de la ciudadanía posteriormente.

Tampoco se puede ocultar que si bien la motivación con la que presenta el Gobierno los cambios en el ISC son para no afectar la salud y el ambiente, no hay que olvidar su finalidad fiscal, es decir de mejorar la recaudación, sobre todo en el caso de los combustibles.

Corresponde al Ejecutivo mantener esas expectativas al alza para poder asumir las próximas batallas en materia económica que están vinculadas a la obtención de las facultades legislativas que le permitan acelerar la reconstrucción y profundizar los cambios en materia tributaria, como la lucha contra la elusión y la evasión tributaria, y en otros ámbitos económicos, como las mypes, sin tener a la opinión pública en contra. Pero la mejora de las expectativas para los empresarios, como ya se ha dicho tantas veces, no se reflejan de inmediato. Por ejemplo, en decisiones de inversión tienen que transcurir por lo menos seis meses para comenzar a sentir su impacto. Por eso, el reto es grande.

Aprovechar la buena ola es su gran reto.