El plan impulsado por el Gobierno busca cerrar las brechas prioritarias de infraestructura existentes. (Foto: GEC)
El plan impulsado por el Gobierno busca cerrar las brechas prioritarias de infraestructura existentes. (Foto: GEC)

REFORMA LABORAL. El viernes culminó la edición de la CADE con la presentación del presidente Martín Vizcarra, la cual había generado expectativas, pues se esperaba que aprovechara la ocasión para delinear el camino que seguirá el Gobierno tras el referéndum, sobre todo en el tema de competitividad y productividad y, en particular, en lo que se refiere a la reforma laboral. Sin embargo, solo hubo una promesa y se quedó a la espera de que en las próximas se empiece a hacer realidad.

Vizcarra prefirió ser cauteloso en cuanto al tema laboral y aún el Gobierno no presenta las pautas concretas de cómo hacer para recuperar los 32 puestos perdidos en el ranking de competitividad del World Economic Forum. Así, cuando mencionó la necesidad de crear las condiciones para un mercado laboral dinámico y competitivo para la generación de empleo formal, recurrió nuevamente a la necesidad de construir los consensos políticos y sociales para el desarrollo en democracia.

El presidente parece olvidar que desde hace más de 20 años todos los esfuerzos para que el Consejo Nacional de Trabajo logre estos consensos han sido vanos y en más de una ocasión terminaron con la salida de algunos de los gremios sindicales que lo conforman. Tal como acaba de ocurrir con dos de ellos la semana pasada.

El Ejecutivo necesita tener una visión clara de hacia dónde quiere ir y en caso de falta de acuerdo entre trabajadores y empleadores tomar una decisión. Claro, para ello el Gobierno debería saber qué es lo que quiere en materia laboral, algo que actualmente no existe debido a la falta de homogeneidad entre lo que piensan sus ministros, sobre todo en las carteras de Economía y de Trabajo. Ya el mes pasado al referirse a nuevas reformas, Vizcarra adelantó que serán por consenso, pues se requiere ir “poco a poco” (Gestión 30.10.2018).

En su presentación en la CADE, el presidente prefirió darle mayor relevancia al listado de obras en infraestructura, salud y educación, que si bien son necesarias no brindan una idea clara de lo que se busca.

El presidente Vizcarra sigue, al parecer, sin darse cuenta de que el país, más allá del ruido político, requiere conocer cuál será su carta de navegación de aquí al 2021 para que el país crezca más de 5%, necesita convencer a los peruanos que este no será otro gobierno en piloto automático y que todos los ministros están en la misma sintonía para hacer los cambios estructurales que ya no pueden esperar.