(Foto: USI)
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CUIDADO AMBIENTAL. El Perú está avanzando muy lentamente en su adecuación a los estándares de protección del medio ambiente. La parsimonia se hace evidente en la puesta en práctica de la legislación existente –en nuestro país existen leyes para casi todo, pero muy pocas se cumplen–, así como en la solución de problemas que además de dañar el entorno tienen ramificaciones sobre la salud pública. Es el caso del tratamiento de los residuos, tanto líquidos como sólidos.

Con respecto a los primeros, ya se trabaja en algunas iniciativas como la inversión en plantas de tratamiento de aguas residuales, aunque a paso de tortuga, pero en los residuos sólidos lo que se observa es falta de interés. El tratamiento de la basura no figura como una preocupación prioritaria para la población en las encuestas; quizás por ello las autoridades no se muestran muy resueltas en abordar el asunto y ponerse a trabajar.

No nos referimos únicamente al Gobierno nacional, sino también a los municipios –ningún candidato hace promesas sobre el tema– y al Congreso, que solo ha atinado a debatir la prohibición del plástico de un solo uso, mientras que ignora por completo otros obstáculos ambientales. Los peruanos generamos 20 millones de toneladas de basura al año, de las que solo la mitad termina en instalaciones construidas especialmente para su disposición segura (los rellenos sanitarios). El resto va a parar a botaderos, ríos –el Rímac es uno de los más afectados– y el mar, agudizando su contaminación.

Según el Ministerio del Ambiente (Minam), en el país solo existen 32 rellenos sanitarios, y departamentos con alta población como Arequipa, Piura y Puno no cuentan con ninguno. En total, diez departamentos carecen de estas instalaciones, mientras que Cajamarca, Cusco, La Libertad e Ica tienen uno cada uno. La titular del Minam, Fabiola Muñoz, declaró en mayo que el Perú necesita 256, lo que significa que el rezago es abismal. Otro dato que inquieta es que el año pasado los rellenos sanitarios recibieron 5.4% menos volumen de basura que en el 2016.

¿Estamos preparados para lidiar con este desafío? Se estima que se requieren S/ 5,000 millones para superar ese déficit de infraestructura, monto que podría financiarse en parte con esquemas como las asociaciones público-privadas (APP) o las obras por impuestos (OxI). Pero no bastará con dotar al país de todos los rellenos sanitarios que necesita, pues la solución del problema también tendrá que contemplar la selección previa de los residuos, ya que un porcentaje cada vez mayor puede destinarse al reúso y reciclaje.