La CCL estima que las exportaciones peruanas sumarán alrededor de US$47,600 millones al cierre del año. (Foto: GEC)
La CCL estima que las exportaciones peruanas sumarán alrededor de US$47,600 millones al cierre del año. (Foto: GEC)

EXPORTACIONES. El 2018 fue positivo para las ventas de productos peruanos en el exterior, incluyendo las de confecciones, que se recuperaron, mientras que las agrícolas afianzaron su liderazgo. Según el BCR, los envíos totales al exterior sumaron US$ 48,561 millones, marcando su tercer año consecutivo al alza y superando el récord histórico, registrado el 2012. La noticia no tan buena es que no crecieron tanto como se esperaba, por causa de la guerra comercial que Estados Unidos declaró a China y otros países y bloques comerciales, pues provocó la disminución de precios de commodities como el cobre, el principal producto de exportación peruano.

En junio, el BCR esperaba un aumento de 15%, pero ajustó su proyección a 7.3% en diciembre –lo que equivale a una diferencia de US$ 3,500 millones–, evidenciando que el Perú fue una de las víctimas del conflicto. Tanto el extitular del Ministerio de Comercio Exterior y Turismo (Mincetur), que en diciembre pasó a Cultura, como su sucesor, Édgar Vásquez, han minimizado los efectos de la guerra comercial, pese a que lo que se dejó de exportar es significativo.

Las perspectivas para este año son alentadoras, aunque el BCR también ha ajustado a la baja sus proyecciones. En materia de política comercial, sin embargo, el panorama se muestra más desafiante, sobre todo porque en años anteriores se dejó de reforzar convenientemente herramientas como la promoción de exportaciones –como lo prueba la escasa información disponible del trabajo de las oficinas comerciales– y se descuidaron plazos de adecuación a normatividad de nuestros socios comerciales. El caso del contenido de cadmio en el cacao exportado a la Unión Europea (UE) es el más clamoroso.

Por tanto, se requiere un trabajo más proactivo del Mincetur, que no debe centrarse exclusivamente en negociar nuevos tratados comerciales, sino en afinar y aprovechar los que ya están vigentes. Al respecto, está pendiente la ratificación del Tratado Integral y Progresista de Asociación Transpacifico (TPP11), mientras que es preciso aclarar en qué condiciones quedará el comercio bilateral con Reino Unido, que negocia su salida de la UE.

Entre lo destacable para este año, figura la entrada en vigor del TLC con Australia y el inicio de la optimización del TLC con China, en cuya capital se ha inaugurado una tienda multiproducto y multimarca –iniciativa que debería replicarse en otros países–. Asimismo, habrá que monitorear las mejoras a los procedimientos aduaneros dictadas el año pasado y diseñar planes de contingencia ante la proyectada desaceleración de las economías de Estados Unidos, China y la UE, que son nuestros principales compradores.