MÉXICO. La economía mexicana cerró el 2019 con su primera contracción en una década, un gran revés para el presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO), que prometió crecer 4% por año.

El PBI de México registró una caída de 0.1% el año pasado. Y de acuerdo a las nuevas previsiones del banco central azteca, los reveses para AMLO continuarían este año, ya que se han reducido las previsiones de crecimiento para el 2020 a una cifra nuevamente muy por debajo de las promesas del mandatario y hasta con riesgos de una nueva contracción. Apenas crecería 0.5%. Mientras que la inflación mantendrá una tasa mayor a la esperada, alrededor de 3%.

La debilidad de la economía mexicana se da incluso pese a los recortes de la tasa de interés de referencia que poco han hecho por estimular la inversión y el crecimiento. Y es que López Obrador no ha logrado revertir la desconfianza de los inversores tras la suspensión de la millonaria construcción de un aeropuerto. La inversión de las empresas en México se ha reducido casi todos los meses desde su llegada al poder.

Sin embargo, el país azteca ha visto aclarar su panorama tras la firma del nuevo pacto comercial de América del Norte con Estados Unidos y Canadá, y la tregua comercial alcanzada entre Washington y Beijing. Aunque al igual que el resto de la economía mundial, aún deberá esperar para evaluar el impacto que le dejará la epidemia de coronavirus.

Pero ahora las expectativas se centran en un plan de inversiones que estaría por presentar la administración de AMLO, aunque existen dudas si incluirán atractivos proyectos de energía, que representaron importantes fuentes de ingresos en el Gobierno anterior.

De no lograr captar un mayor interés de los inversores, el menor crecimiento esperado seguiría sumando mayor presión para que el mandatario rompa otra de sus promesas; la de no subir impuestos, medida que puede socavar el alto apoyo popular con el que aún cuenta. El menor crecimiento va a significar un mayor déficit fiscal que puede llevar a una rebaja de la calificación de riesgo de México. Por lo pronto, todo parece indicar que López Obrador sí tendría que renunciar, este e incluso el próximo año, a su anhelada meta de crecimiento.