Congreso de la República sesionará este miércoles 5 de setiembre. (Foto: Agencia Andina)
Congreso de la República sesionará este miércoles 5 de setiembre. (Foto: Agencia Andina)

REFORMAS CONSTITUCIONALES. Ya pasó más de un mes desde que el Ejecutivo presentó las propuestas para reformar la Constitución, tanto en materia judicial como política, y la Comisión de Constitución empezó a recibir a diferentes autoridades para conocer sus opiniones y aportes respecto a los proyectos planteados. Uno de las primeros fue Víctor Prado, presidente del Poder Judicial.

El proyecto que más apoyo tiene es el relativo al Consejo Nacional de la Magistratura, pero si bien todos coinciden en la necesidad de modificar esta institución, el debate muestra que existen discrepancias en el cómo.

La propuesta planteada por el Ejecutivo busca que los miembros del CNM sean elegidos por concurso público de méritos a cargo de una comisión formada por el presidente del Poder Judicial (quien la presidirá), el fiscal de la Nación, el titular del Tribunal Constitucional, el defensor del Pueblo y el contralor general de la República. Los candidatos deben ser abogados con más de 30 años de ejercicio profesional y una intachable trayectoria personal y profesional.

Salvo el requisito del tiempo de experiencia —Víctor Prado cree que bastan 20 años—, esta propuesta cuenta con el respaldo del Poder Judicial. Sin embargo, algunos parlamentarios consideran un retroceso que ya no intervengan en la elección los colegios profesionales, el colegio de abogados y las universidades, pero dado el comportamiento de los representantes de estas últimas instituciones su exclusión está justificada.

Además de la reforma judicial, la Comisión de Constitución deberá debatir las propuestas de reforma política que buscan eliminar la reelección de congresistas, el retorno a la bicameralidad que implica evaluar el número adecuado de representantes (¿es suficiente 100 diputados y 30 senadores?) y la forma de elección (¿qué significa macrodistritos o microdistritos?).

Aunque la presidenta de la Comisión de Constitución aceptó hacer un cronograma de trabajo, adelantó que este podría no cumplirse.

Es verdad que una reforma constitucional debe ser bien evaluada, considerar todas las implicancias y, por lo tanto, lo ideal es evitar ponerse un corsé con el tiempo de aprobación. Sin embargo, las dos últimas constituciones se hicieron en apenas un año y en el caso del Congreso Constituyente, a la par que hacía la reforma cumplía labores legislativas, por lo que no debería ser imposible reformar algunos artículos en un par de meses. Además, los detalles pueden dejarse para ser fijados a través de una ley de desarrollo constitucional.

Lo cierto es que el país necesita estas reformas y el Congreso no puede ponerse de costado.