Junta Nacional de Justicia adquirirá las funciones del desactivado Consejo Nacional de la Magistratura. (FOTO: USI)
Junta Nacional de Justicia adquirirá las funciones del desactivado Consejo Nacional de la Magistratura. (FOTO: USI)

REFORMA JUDICIAL. Fue necesario extender un día más la legislatura —que ya había sido ampliada— para lograr que la ley que crea la Junta Nacional de Justicia (JNJ) pudiera ser aprobada y, aun así, conseguir los 78 votos a favor no fue tarea sencilla. A las comisiones de Justicia (en manos oficialistas) y Constitución (en manos del fujimorismo) les costó mucho trabajar de manera conjunta para preparar un dictamen que, finalmente, no logró convencer del todo.

Aunque el tema de la paridad fue el que más ruido generó, lo cierto es que no se trata de la ausencia más notable de la norma. Es verdad que se trataba de un ofrecimiento del Ejecutivo, pero en una institución que lo que desea es contar con profesionales de primer nivel, no parece lógico darle preeminencia al género antes que a las capacidades. Resultaba más importante impedir a quienes estuvieran incursos en un proceso judicial postular para ser miembro de la JNJ y no esperar hasta que contaran con una sentencia firme. El tiempo que demoran los juicios en el país y las malas experiencias vividas con otras autoridades elegidas con procesos en curso deberían haber sido razones suficientes para optar por otro camino. La idea, se supone, es que los nuevos miembros del JNJ sean personas de conducta intachable.

Asimismo, es destacable que los integrantes del JNJ tengan que levantar su secreto bancario y tributario, pero hubiese sido mejor que también se incluyera el secreto de las comunicaciones. Si bien se espera que los integrantes JNJ sean personas probas y de una alta moral, lo sucedido con el CNM fue tan grave que hubiese sido mejor “curarse en salud”

Pese a que pudo ser mejor, el marco normativo aprobado es importante, pero serán las personas que deban aplicar la ley las que asuman la mayor responsabilidad. Así, la Comisión Especial que deberá elegir a los primeros siete integrantes de la JNJ tiene un gran peso entre sus manos, pues no solo debe seleccionar a los mejores candidatos entre las personas que postulen, sino que cuenta con menos de dos meses para lograrlo.

La experiencia vivida con el CNM ha dejado a la población con un alto nivel de desconfianza y quienes piensen postular al JNJ deben ser conscientes que deberán actuar con una dosis extra de transparencia y ética. El país lo necesita.