Papa peruana (Foto: USI)
Papa peruana (Foto: USI)

DEL CORTO AL LARGO PLAZO. El Gobierno resolvió en tiempo récord el paro de productores de papa en cinco departamentos –Apurímac, Ayacucho, Huancavelica, Huánuco y Junín–. El compromiso al que se llegó incluyó una medida inmediata: la compra de los excedentes, para lo cual se dispuso que cada uno de los respectivos gobiernos regionales destine S/ 1.5 millones. Pero también contempló una acción que, si se gestiona con eficiencia, podrá ayudar a resolver el problema de competitividad que aqueja a la producción nacional del tubérculo.

Se trata de una mesa técnica, que ya fue instalada (el viernes último) en el Ministerio de Agricultura y Riego (Minagri) y entre sus primeros acuerdos figura declarar la papa producto bandera y embajadora de la marca Perú. Aunque es una medida cosmética, constituye un interesante punto de partida pues otorgará a los productores la seguridad de que el Estado está comprometido con mejorar su situación.

Según el INEI, la papa es el sustento de más de 710,000 familias, y de acuerdo con cifras del Minagri, citadas por Comex Perú, su producción representa el 4% del PBI agrícola. Además, es un producto de larga tradición ya que fue domesticado por los antiguos peruanos y del que hoy existen más de 3,000 variedades, de modo que su relevancia trasciende el aspecto socioeconómico.

El desafío del nuevo titular del Minagri, José Arista, será direccionar adecuadamente las discusiones de la mesa técnica, ayudar a desvirtuar ideas erróneas sobre la problemática de la papa y buscar soluciones consensuadas. Por ejemplo, la fuente de las dificultades no es la importación que, según Arista, apenas llega al 1% de la producción nacional, de modo que restringir su ingreso o aplicar bandas de precios no solucionaría nada.

Lo que sí atenta contra la papa peruana es la falta de información sobre las tendencias del mercado –lo que ocasionó la sobreproducción y, por ende, la caída de precios–. También es ineludible modernizar su cultivo con la adopción de técnicas que impulsen su rendimiento y combatan las plagas, tales como el uso de semillas certificadas, que solo están presentes en el 1% de sembríos.

Otro objetivo crucial es promover la asociación de los productores, mediante la formación de cooperativas y la creación de centros de acopio a fin de que adquieran poder de negociación frente a los intermediarios. Todas estas mejoras permitirán pensar en el mercado exterior. La tarea será ardua, pero otros productos agrícolas han demostrado que son capaces de convertir en realidad su potencial exportador.

Si no se avanza en esta dirección, la medida tomada para el corto plazo habrá sido ineficaz.