Tráfico de Lima
Tráfico de Lima

TRANSPORTE. En julio del año pasado, luego del discurso por Fiestas Patrias, el presidente Pedro Pablo Kuczynski entregó al Congreso un proyecto de ley que planteaba la creación de la Autoridad del Transporte y Tránsito para Lima y Callao con la finalidad de darle un ordenamiento al transporte.

Seis meses después, tanto la Comisión de Descentralización como la de Transportes y Comunicaciones aprobaron la propuesta con algunas modificaciones. Será el pleno el que debe, finalmente, dar luz verde a la creación de la Autoridad de Transporte Urbano (ATU).

La propuesta tiene a su favor que la ATU busca ser una entidad que integre el sistema de transporte en Lima y Callao, encargándose de la planificación, regulación, gestión, supervisión, fiscalización y promoción del sistema, así como la responsabilidad de aprobar el Plan Maestro de Transporte y el Plan Regulador de Rutas.

Es decir, su existencia le pondría fin a la falta de coordinación que ha existido desde hace varios años entre Lima y Callao y que tanto ha complicado el transporte en la ciudad, sobre todo porque se establece la continuidad urbana entre Lima Metropolitana y la Provincia Constitucional del Callao. La ATU también debería lograr que se termine con el caos que supone la entrega de concesiones, las rutas diseñadas de manera arbitraria y antojadiza o la falta de claridad en las responsabilidades entre entidades.

Sin embargo, lo que funciona bien en el papel no siempre ocurre en la práctica. Se debe hilar muy fino para evitar que la ATU se convierta en un elefante blanco que por mucho abarcar no sea capaz de articular.

Lo primero será la elección de los ocho integrantes del consejo directivo que dirigirá la ATU. Cuatro de ellos provendrían del Poder Ejecutivo (dos del MTC, uno del MEF, uno del Ministerio de Vivienda y Construcción) y los otros cuatro de las municipalidades provinciales con mayor densidad demográfica. Así, la capacidad de negociación y coordinación será vital para lograr resultados, centrándose en los aspectos técnicos y no políticos del tema. El Ministerio del Interior también debería formar parte de la ATU de alguna manera, pues siendo la Policía la encargada de ordenar el tránsito su aporte sería valioso.

Finalmente, el Congreso debe dotar a la ATU de todas las armas legales y económicas para poder llevar adelante su trabajo, de lo contrario se podría convertir en una entidad más que llene de expectativas, pero sin resultados concretos.