Editorial: Nueva oportunidad

MUNICIPIOS Y REGIONES. Ya se inició el proceso para las próximas elecciones ediles y de gobiernos regionales. Entre el 11 y 25 de marzo vencerá el plazo para que los partidos políticos elijan candidatos a través de comicios internos. Por lo pronto, en Lima más de uno ya ha lanzado su candidatura, aunque queda mucho por recorrer hasta las elecciones del 7 de octubre.

A pesar de que los candidatos abundan, conducir la ciudad capital no es nada fácil, con casi 10 millones de habitantes, las demandas y necesidades son muchas. Luis Castañeda, quien terminará su tercer periodo como burgomaestre, ha tenido momentos de cal y otros de arena. Durante los primeros años de gestión fue reconocido por la construcción de escaleras en los cerros de la ciudad para facilitar el acceso de las personas y por la construcción del Metropolitano. Sin embargo, luego de su segundo periodo las sospechas de corrupción cayeron sobre él con el caso Comunicore y los contratos con OAS.

En este tercer mandato, su popularidad (que siempre fue muy alta) se ha visto mellada, tanto por los problemas generados durante el fenómeno de El Niño (incluido desplome de puentes) como por la falta de transparencia en la construcción de obras como el bypass de 28 de julio. Según la última encuesta de Pulso Perú, un 34% cree que en el tiempo que le queda como alcalde hará una pésima labor. Asimismo, los encuestados consideran que si bien Lima quedará con parques y jardines mejor cuidados (50%), no será una ciudad más segura (80%) ni tendrá un tránsito ordenado (79%).

Los candidatos a la Alcaldía deben tener muy presente que para los limeños los principales problemas a resolver son: inseguridad ciudadana (89%), desorden en el transporte público (63%), corrupción (22%) y mal recojo de basura (22%). Pero además de estos aspectos puntuales, si desean hacer una labor que destaque en el tiempo, tendrán que reconocer que la capital creció sin orden ni concierto y eso se evidencia en la falta de infraestructura en rubros indispensables para que una urbe pueda funcionar: vial, áreas verdes para esparcimiento, servicios de salud, de bomberos y policiales, entre otros, y que para resolver todos estos problemas se requiere cuanto antes un plan de desarrollo urbano de mediano y largo plazo que plantee soluciones integrales.

Finalmente, evidenciar una gestión transparente será vital para la situación actual que vive el país.