Agricultura (Foto: Andina)
Agricultura (Foto: Andina)

AGRICULTURA. La medida de fuerza que a inicios de año realizaron los productores de papa blanca por la caída de los precios del tubérculo, nos puede servir para detenernos a mirar al sector agricultura, que comprende tres áreas muy definidas: agroexportación, consumo interno y subsistencia. Cada una con su características y problemática, frente a las cuales el Estado debe mejorar sus políticas.

La agroexportación es una de las actividades de mayor desarrollo en los últimos años, aunque enfrenta algunos problemas como la falta de tierras para su expansión y la escasez de agua, debido principalmente a que la mayoría de este tipo de agricultura se desarrolla en la costa. Corresponde al Estado plantear un mejor marco regulatorio como por ejemplo en el tema del agua, mientras que en el caso de la sierra será vital la habilitación de nuevas tierras de cultivo.

En la agricultura de consumo interno, uno de los problemas es su producción de pequeña escala que encuentra varias barreras para seguir creciendo. Sin embargo, algunas de las soluciones que se empiezan a evaluar tras el caso de la papa, bien podrían convertirse en un punto de partida para el de otros productos, como acercar más a los productores y consumidores, impulsar la mejora de la comercialización a través de centros de acopio y procesamiento primario en regiones (lo que ayudaría a romper la cadena de intermediación que muchas veces perjudica a los agricultores), así como llevar a cabo proyectos de instalación de plantas de procesamiento, para dar un valor adicional y enfrentar la competencia con las importaciones.

Además, es clave que el Estado apueste por una mayor asistencia técnica que permita mejorar la productividad de los cultivos. En todos estos casos, el apoyo del Estado no debe darse de manera gratuita, pero sí asegurando la competitividad del sector. Un mayor reto lo constituye la agricultura de subsistencia, lo cual implica trabajar de manera coordinada con otras instancia del Estado, como los gobiernos regionales

La apertura de nuevos mercados, a través de los tratados de libre comercio, como el reciente TPP, debe servir para ayudar al crecimiento de todos los sectores, incluida la agricultura. Si bien depende de cada productor los avances que consiga, el Estado no debe olvidar su rol de facilitador.