(Foto: USI)
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TURISMO. El ministro de Economía, Carlos Oliva, anunció hace un mes que se instalará una mesa ejecutiva de turismo. Hace un año, el entonces titular del MEF, Fernando Zavala, anunció lo mismo. Si en esta ocasión el Gobierno decide pasar a la acción, los futuros integrantes de ese grupo de trabajo tendrán mucho para discutir en materia de trabas y oportunidades para un sector que sustenta su éxito en un número limitado de productos y cuyos actores no parecen muy dispuestos a ampliar su oferta.

Se podría comenzar con Machu Picchu, que enfrenta problemas en muchos frentes. La ciudadela inca está al borde de la saturación en temporada alta, pese a las medidas que se implementaron el año pasado para evitar que la Unesco la incluya en su lista de patrimonios en riesgo. Habría que revisar las restricciones para afinarlas o agregar otras. Otro asunto grave es el acceso en bus, que es monopolizado por un consorcio cuya concesión –otorgada por el Municipio de Machupicchu– vence en el 2025.

La Cámara de Comercio del Cusco ha enviado una carta al ministro de Transportes, Edmer Trujillo, solicitando que se tomen acciones inmediatas para poner freno al abuso y maltrato que sufren los usuarios de los buses. Es que el servicio que presta el consorcio no se condice con la experiencia de calidad que prometen los operadores turísticos –incluyendo las largas colas que deben formar los visitantes desde la madrugada, así como el elevado precio por un viaje de apenas 20 km–.

La mesa ejecutiva tendrá que evaluar la conveniencia de promover la competencia y encargar la concesión a una entidad de mayor rango, pues el Municipio de Machupicchu no es el propietario del santuario. La búsqueda de una alternativa de acceso a los buses y las caminatas también deberán estar en la agenda. Nuevamente se está hablando de construir un teleférico, proyecto que incluso ha sido adjudicado en dos oportunidades (en los 80 y en 1998) para luego ser cancelado, la última vez por objeciones de la Unesco.

El otro gran tema que merecerá la atención de la mesa ejecutiva es la puesta en valor de los atractivos turísticos. Desde marzo del año pasado, Kuélap cuenta con teleférico, aunque falta todo lo demás, desde conectividad hasta servicios turísticos e infraestructura hotelera. El resto, como Choquequirao, la selva o los sitios Moche en La Libertad y Lambayeque, todavía no está listo para ser considerado un producto turístico internacional. La reducida oferta peruana impide que se implementen campañas de promoción similares a la que desde hace un año lleva a cabo México –con video dedicado al Perú incluido–. Hay que ponerse a trabajar en serio.

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