FOTO 14 |En contraparte, un viaje en auto por la ciudad argentina no excede de los 60 minutos. (Foto: AFP)
FOTO 14 |En contraparte, un viaje en auto por la ciudad argentina no excede de los 60 minutos. (Foto: AFP)

TRANSPORTE. Más de un año tuvo que esperar el proyecto de ley presentado por el Ejecutivo para que el Parlamento decidiera aprobar, en primera votación, la creación de la Autoridad de Transporte Urbano para Lima y Callao (ATU).

El dictamen establece que la ATU será un órgano técnico especializado, adscrito al Ministerio de Transportes y Comunicaciones, pero con autonomía administrativa, funcional, económica y financiera. Allí, se fusionarán las gerencias de transporte urbano de los concejos de Lima y Callao y entidades como Protransporte y la Autoridad Autónoma del Tren Eléctrico (AATE). Además el consejo directivo que lo dirigirá será conformado por cuatro representantes del Ejecutivo y cuatro de las comunas de Lima y Callao.

En un mundo ideal, la ATU será la entidad que integre el sistema de transporte encargándose de la planificación, regulación, gestión, supervisión, fiscalización y promoción del sistema, así como de establecer un sistema de recaudo único y aprobar el Plan Maestro de Transporte y el Plan Regulador de Rutas.

Es decir, su existencia debería ponerle fin a la falta de coordinación que hay desde hace varios años entre Lima y Callao, sobre todo porque se establece la continuidad urbana entre ambas. La ATU también debería lograr que se termine con el caos que supone la entrega de concesiones, las rutas diseñadas de manera arbitraria y antojadiza o la falta de claridad en las responsabilidades entre entidades. Otra tarea a su cargo será la de promover los procesos de inversión pública y privada.

Sin embargo, para hacer realidad ese mundo ideal aún falta mucho. Primero se requiere una segunda votación del Congreso y luego de ello esta norma deberá ser reglamentada cuidando no desnaturalizarla y asegurando la autonomía económica indispensable para el buen cumplimiento de su labor. Además, se debe elegir con el mayor cuidado a quienes formen su Consejo Directivo; la capacidad de diálogo y negociación que muestren será vital en momentos en que algunos candidatos a la Alcaldía ya reclaman que la presidencia de este Consejo deba recaer en el municipio de Lima. En resumen, se deberá hilar muy fino para evitar que la ATU se convierta en un elefante blanco que por mucho abarcar no sea capaz de articular.