En la sesión plenaria del jueves 14 de marzo se someterá a votación la moción de interpelación contra el ministro de Justicia. (Foto: GEC)
En la sesión plenaria del jueves 14 de marzo se someterá a votación la moción de interpelación contra el ministro de Justicia. (Foto: GEC)

REPOSICIÓN DE JALADOS. Como obsequio para los alumnos, por el inicio del año escolar, la Comisión de Educación del Congreso no tuvo mejor idea que aprobar un proyecto de ley que busca reponer en sus cargos de directores y subdirectores a quienes no pasaron la evaluación que se llevó a cabo en el año 2014. El dictamen plantea el regreso a dichas plazas de 10,722 docentes, los cuales o no se presentaron a la evaluación o fueron desaprobados.

Pero esta reposición no es la única. Desde noviembre del año pasado está pendiente de aprobación en el pleno del Congreso un dictamen para reponer a 14,300 docentes sin título que fueron retirados de la carrera pública en noviembre del 2014.

Con estas decisiones, los parlamentarios parecen desconocer los graves problemas que aquejan a la educación en el país y que, si bien tiene muchas aristas, no podrán empezar a solucionarse si no se apuesta por que la meritocracia se aplique realmente a todo el personal docente y directivo de las escuelas. Sin profesores y directores capacitados, de poco servirá tener un magnífico currículo escolar, infraestructura en perfecto estado, o niños con todos sus implementos completos. De más está decir que sin meritocracia, no debería ni pensarse en incrementos salariales para los docentes.

Los congresistas de todas las bancadas deben entender que el Estado no puede invertir en capital humano que no esté calificado. Deberían ser los propios maestros los que luchen por ser evaluados y remunerados en función de sus méritos, y buscar que solo los profesores mejor capacitados sean maestros de aula.

Atender los reclamos de los dirigentes sindicales que buscan que aun cuando un profesor sea desaprobado por tercera vez les siga enseñando a los niños que tiene a cargo, es mirar solo el corto plazo y olvidar las graves consecuencias que eso implica, pues la educación es un factor importante para la movilidad social y para la productividad del país.

La ministra Flor Pablo Medina tiene una gran oportunidad para mostrar cuál será su agenda de trabajo. Su antecesor tuvo una actitud muy tímida frente a las evaluaciones y a ella le toca plantarse frente al Parlamento y explicarles a los congresistas por qué la aprobación de este dictamen sería un grave golpe a la educación del país, y en esta labor debería apoyarse en el premier. El primer consenso que debería buscar Salvador del Solar es el de la apuesta de largo plazo por la educación y la meritocracia.