Ministerio Público aclaró rotaciones de fiscales. (Foto: USI
Ministerio Público aclaró rotaciones de fiscales. (Foto: USI

LUCHA ANTICORRUPCIÓN. Las investigaciones iniciadas en el Perú a raíz del caso Lava Jato son complejas. La corrupción evidenciada tiene varias ramificaciones e involucra a funcionarios de diversos gobiernos, políticos y empresarios. Además, queda claro que los mecanismos usados no siempre son fáciles de detectar.

A casi dos años de conocerse las primeras declaraciones de Marcelo Odebrecht, los avances no se han dado a la velocidad que se hubiera esperado. Sin embargo, pese a los cambios al interior de la Fiscalía de la Nación, no se detuvo el avance de las investigaciones y más bien se retomó el acuerdo de colaboración eficaz con Jorge Barata, que permitiría acceder de forma inmediata a mayor información. El acuerdo se espera que esté firmado a fines de este mes.

Hasta el momento, todos los casos se encuentran en etapa de investigación y se espera que a inicios del 2019 se inicien los primeros juicios, pero hay en marcha 42 investigaciones y los avances no son parejos. La disparidad en el desarrollo de los procesos genera inevitablemente, la percepción de que existe cierta intencionalidad en darles mayor impulso a unos casos frente a otros, por lo que es importante que todos los fiscales del equipo Lava Jato se esfuercen por avanzar al mismo ritmo.

Además, es necesario que los mecanismos que usa la Fiscalía para cumplir con su trabajo sean lo más ajustados al derecho, siempre cumpliendo con el debido proceso y que se muestren avances, pues de nada sirve pedir medidas como la detención preventiva si después de cumplido el plazo no se concreta la acusación.

El trabajo de la Fiscalía no debe contaminarse ni por las discrepancias que existan al interior de dicha institución ni con el Poder Judicial, y mucho menos con temas políticos. En ese sentido, hace mal la Comisión de Defensa del Congreso en citar al fiscal José Domingo Pérez por sus declaraciones en México, pues la convocatoria parece más un hostigamiento e intimidación que un interés legítimo para que explique sus palabras.

Otro factor que distorsiona la labor del equipo Lava Jato es la situación del fiscal Pedro Chávarry, salvado por los votos de Fuerza Popular y el Apra. El fiscal de la Nación se convierte, cada vez más, en una piedra en el zapato para llevar adelante las investigaciones y, por ello, tal como lo exige la población en diversas encuestas, debería dar un paso al costado. Lo ideal es que su alejamiento fuese voluntario, o que sea a través de mecanismos ajustados a derecho. De lo contrario, el remedio puede ser peor que la enfermedad.