(Foto referencial: USI)
(Foto referencial: USI)

CAPACITACIÓN. Uno de los grupos más golpeados por la falta de empleo es el de los jóvenes. Mientras la tasa de desempleo general no supera el 4%, en el caso del desempleo juvenil la cifra casi se cuadruplica. Desde el Gobierno pasado se ha intentado fomentar la contratación de jóvenes por parte de las empresas. Sin embargo, la oposición por aprobar una ley de empleo juvenil ha sido alta.

Aunque oficialmente el Ministerio de Trabajo no ha desechado la idea de insistir en la ley de empleo juvenil, dadas las últimas declaraciones de la ministra de Trabajo, Silvia Cáceres, a Gestión, pareciera que el interés está enfocado en buscar otros mecanismos que pudieran ayudar a que las empresas se vean interesadas en contratar mano de obra joven.

Uno de los problemas para que las empresas privadas se vean interesadas en contratar jóvenes radica en que el 50% de los egresados de secundaria no accede a ningún tipo de educación superior, ni técnica ni universitaria, por ello el ministerio evalúa mejorar la empleabilidad apalancado por el sector privado.

Es decir, replicar la experiencia exitosa de Senati para conseguir una alianza con el sector privado que permita la inserción de los jóvenes en las empresas como parte de su proceso formativo. La teoría en las aulas y la práctica en las empresas.

La propuesta puede constituir un avance, pero el Gobierno debe cuidarse de explicarla al detalle para evitar que se confunda con el proyecto de la fujimorista Rosa Bartra que buscaba que las empresas y los institutos firmaran un “convenio formativo voluntario, para que los estudiantes aprendan en un entorno real de trabajo” (Gestión 22.02.2018), pero sin recibir ningún tipo de subvención económica. Empezar a socializar este proyecto con los mismos jóvenes es un buen primer paso.

También resultará positivo que las empresas identifiquen cuáles son los perfiles ocupacionales que más demandan, lo cual no solo será útil para el proyecto del Gobierno, sino para que todos los jóvenes se puedan orientar mejor, y formación profesional con base en las necesidades del mercado.

Lograr el vínculo entre formación educativa y demanda laboral va en el camino para reducir los niveles de desempleo del país.