La Contraloría acreditará un equipo auditor para determinar responsabilidades penales, civiles y/o administrativas de ser el caso. (Foto: GEC)
La Contraloría acreditará un equipo auditor para determinar responsabilidades penales, civiles y/o administrativas de ser el caso. (Foto: GEC)

CAMBIOS. En vista de que en algún momento se nombrará al reemplazo de Patricia Balbuena en el Ministerio de Cultura, conviene repasar algunos asuntos pendientes de ese despacho, que se encuentra acéfalo desde el 30 de noviembre. Ahora que se ha sumado la renuncia del ministro de Trabajo, la semana pasada, es probable que el presidente Vizcarra esté evaluando todavía a los sucesores.

Lo inmediato será materializar el ofrecimiento que hizo Balbuena antes de dejar el cargo: revisar todas las licitaciones realizadas durante su gestión, pues habrían existido más irregularidades que aquella que provocó su salida. Según “Panorama” y el Colegio de Arqueólogos del Perú –que no recibió respuesta a los múltiples oficios que envió a la exministra–, existirían conflictos de intereses entre los funcionarios que aprueban las licitaciones y las empresas que las ganan.

Otra acción trascendental será volver a impulsar la construcción del Museo Nacional de Arqueología (MUNA) en Pachacámac, que será la única obra de envergadura que este Gobierno exhibirá para el Bicentenario en el área cultural, y que durante el de Pedro Pablo Kuczynski sufrió cambios controversiales. Por ejemplo, se redujo la construcción en casi 12,000 metros cuadrados, lo que paradójicamente encareció la obra. Posteriormente, se cayó en la vieja costumbre de cambiar nombres y se decidió rebautizarlo como “Museo Nacional del Perú” (no confundir con el Museo de la Nación).

Hay otro proyecto que también merecerá prioridad. El Presupuesto Público 2019 prevé recursos para gestionar el expediente técnico que servirá para definir la construcción de la sede del Archivo General de la Nación. Esta entidad opera en cuatro locales que no cuentan con las condiciones adecuadas para almacenar documentos de gran valor histórico y que por una serie de incompetencias sufre robos, como acaba de ocurrir con un manuscrito del libertador José de San Martín.

Sin embargo, la principal tarea del futuro ministro o ministra será definir claramente la función de ese portafolio. Desde su creación, en setiembre del 2010, Cultura se ha concentrado casi exclusivamente en el patrimonio histórico –más el recurrente anuncio de una nueva ley de cine–, dejando de lado lo crucial: construir identidad a partir de la diversidad cultural. Si bien se intentó iniciar ese esfuerzo con una encuesta sobre el tema, que arrojó que esa diversidad no sirve tanto para unir sino para discriminar. Ese diagnóstico y otros que puedan realizarse deben ser motivo más que suficiente para repensar la hoja de ruta de ese ministerio.