César Villanueva dimitió a la PCM el último viernes y el presidente Martín Vizcarra le aceptó su renuncia. (Foto: GEC)
César Villanueva dimitió a la PCM el último viernes y el presidente Martín Vizcarra le aceptó su renuncia. (Foto: GEC)

NUEVO GABINETE. Legalmente, solo cuando el Parlamento le niega su confianza al presidente del Consejo de Ministros se produce una crisis ministerial. Pero es innegable que la renuncia de un premier, que implica la presentación de renuncias de todo su Gabinete, supone una seria dificultad para cualquier presidente. Más aún en el caso el presidente Martín Vizcarra, pues él no ha estado acostumbrado a solicitar la renuncia de sus ministros, ya que la mayoría de ellos se ha apartado por su voluntad de las carteras que dirigían.

Desde el día viernes en que se oficializó la renuncia del primer ministro César Villanueva, las noticias sobre los cambios ministeriales y quiénes serían los reemplazantes no han cesado. Sin embargo, más allá de los nombres lo que importan son las políticas que el presidente Vizcarra todavía puede realizar hasta julio del 2021 y conseguir un equipo que pueda ayudarlo en ese propósito.

El nuevo Gabinete va a tener que asumir el reto de generar consensos mínimos en el Congreso, de lo contrario puede ser de corta duración. La tarea no será sencilla, sin una bancada que claramente apoye al Ejecutivo y con una oposición atomizada, el mandatario tendrá que buscar un premier con el suficiente aplomo y experiencia política para acelerar, por ejemplo, la puesta en marcha del Plan Nacional de Competitividad y Productividad, lo cual significa involucrar a la mayor cantidad de voluntades y fijar un plan de corto plazo que quede como inicio de la ruta crítica para el próximo Gobierno.

Se necesita que, esta vez sí, el Gabinete sea verdaderamente ejecutivo, que ponga la mira más allá de la lucha anticorrupción, la cual debe dejarse en manos de quienes corresponda (Fiscalía, Procuraduría y Poder Judicial), y que por ningún motivo se vuelva a ceder frente a las demandas que toman carreteras, dañan la propiedad del Estado o buscan imponer sus ideas por la fuerza.

El nuevo Gabinete debe mostrar una actitud más proactiva para frenar las iniciativas populistas del Congreso, pues al haberse casi duplicado el número de bancadas seguramente también se multiplicarán las demandas. Además, los nuevos ministros tendrán que mostrar no solo conocimiento técnico de sus carteras, sino también mayor manejo político. La cara del Gobierno no puede ser solo el presidente, de lo contrario la población seguirá con la sensación de falta de gobierno o mala labor con la que hoy califica al Ejecutivo.